El Gobierno tiene que afrontar con la mayor brevedad posible la vacunación de los atletas que defenderán los colores de España durante la celebración de los XXXII Juegos Olímpicos, que se celebran este verano en Tokio (Japón) con un año de retraso, después de que tuvieran que ser suspendidos el año pasado por la pandemia mundial de coronavirus. También del equipo de las pruebas paralímpicas, que se suelen celebrar inmediatamente después.
Para agilizar el proceso y separarlo del proceso general que afecta al resto de la ciudadanía, la decisión ha sido encomendar este trabajo a las Fuerzas Armadas, que ya tienen experiencia en esta materia, ya que llevan desde el mes de enero con un proceso de vacunación en paralelo al que llevan las autoridades sanitarias con la población general, vacunando en instalaciones propias a todos los militares españoles y agregados internacionales.
El Ministerio de Defensa será el encargado de organizar los detalles técnicos y logísticos de la campaña, poniendo a los equipos de vacunación, formados por personal médico y sanitario militar que prestan servicio en el Hospital Central de la Defensa "Gómez Ulla" (Madrid), en el Hospital General de la Defensa (Zaragoza), en el Instituto de Medicina Preventiva de la Defensa (Madrid), así como los centros sanitarios militares que se encuentran distribuidos por toda la geografía nacional.
Fuentes del departamento de Margarita Robles han informado a Libertad Digital que para este proceso recibirán las vacunas necesarias desde el Ministerio de Sanidad y han adelantado que a los atletas se les inocularán dosis de Pfizer-BioNTech. Eso sí, la decisión de las ubicaciones exactas donde se vacunará a los atletas será decidida por el Ministerio de Sanidad en colaboración con el Ministerio de Cultura y Deportes.