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El impactante joven Asier Martínez se cuela en la final de los 110 vallas de los Juegos de Tokio 2020

Tras ganar de forma rotunda su primera serie, el vallista navarro se metió en la final por tiempos.

Tras ganar de forma rotunda su primera serie, el vallista navarro se metió en la final por tiempos.
EFE

Había muchas esperanzas puestas para la delegación española de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 en la prueba de los 110 metros vallas, en la que se esperaba ver a Orlando Ortega peleando por reeditar la medalla de plata que obtuvo en Río 2016. Pero una inoportuna lesión de última hora echó por la borda dicha opción.

Sin embargo, habrá representación española en la final de dicha prueba. Y es que el vallista navarro de 21 años Asier Martínez (vigente campeón de Europa sub23) que está siendo una de las grandes sensaciones del deporte español en Japón, ha conseguido clasificarse para la final de los 110 metros vallas en su primera participación olímpica.

Ya en su debut en la capital nipona había impresionado el de Zizur Mayor al ganar su serie clasificatoria con una marca de 13.32. Unas sensaciones que ha rubricado sobradamente este miércoles, al concluir tercero en su serie semifinal con una marca de de 13.27. Un registro muy cercano al de los dos primeros clasificados, que obtenían plaza directa en la final: el jamaicano Ronald Levy (13.23) y el francés Pascal Martinot-Lagarde (13.25), ambos favoritos a obtener medalla olímpica. En todo caso, el vallista español logró su pase a la última carrera, asegurándose así ya un diploma olímpico, al firmar el mejor tiempo de los no clasificados directamente. Un tiempo que supuso su mejor marca personal, y la mejor en la historia de un español de categoría sub 23.

Así pues, pese a que Orlando Ortega lógicamente no podrá revalidar su metal olímpico, el atletismo español tiene motivos para la alegría. Dentro de esta nueva hornada en la que nombres como Ana Peleteiro o Adrián Ben ya han destacado también en estos Juegos Olímpicos de Tokio, Asier Martínez, el vallista del futuro, ya es una realidad. La sensación, por la exuberancia con la que corre pese a su particular estilo con la cabeza baja, es que ha llegado a la elite para quedarse. De momento, su debut olímpico ya es de sobresaliente.-

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