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Una campeona de ajedrez de Irán se exilia en España tras jugar sin velo y desafiar al régimen

La ajedrecista Sarasadat Khadem disputó el Mundial en Kazajistán sin velo. Descarta regresar a Irán por miedo a las represalias del régimen.

La ajedrecista Sarasadat Khadem disputó el Mundial en Kazajistán sin velo. Descarta regresar a Irán por miedo a las represalias del régimen.
La jugadora Sarasat Khadem se negó a jugar con velo durante el Mundial en Kazajistán | FIDE

Siguen sucediéndose las atrocidades en el régimen de Irán, de las que no escapa el mundo del deporte. Hace unos días un futbolista profesional fue condenado a muerte por participar en las manifestaciones contra el régimen, y los deportistas de ese país ya saben lo que les puede suceder si permanecen en Irán.

La noticia de hoy ha sido la decisión que ha tomado una jugadora de ajedrez iraní, n.º 16 del ranking mundial, de no regresar a su país e instalarse en España. La ajedrecista participó en el Mundial de Ajedrez celebrado en Kazajistán sin velo. Un acto de rebeldía considerado delito en Irán y que bien podría costarle la vida.

Irán ha visto en las últimas semanas cómo miles de manifestantes han roto su silencio ante las injusticias cometidas por el régimen. Una joven kurda-iraní de 22 años, Mahsa Amini, fue ejecutada en septiembre por llevar un "atuendo inapropiado" en público. La noticia tuvo gran repercusión a nivel internacional, y desde entonces han sido numerosas las muestras de rechazo de grandes deportistas iraníes.

Según las estrictas normas de vestimenta de Irán, toda mujer debe vestir el hiyab o velo en lugares públicos. Algo que no hizo Sarasadat Khadem en el Mundial celebrado en Almaty (Kazajistán). Irán es una potencia mundial en ajedrez, a pesar de la prohibición durante unos años del Ayatollah Jomeini, tras la Revolución Islámica del año 1979, ya que según el dictador se trataba de "un juego del diablo que perturba las mentes de quienes lo practican". La prohibición duró una década, lo que no ha impedido que Irán siga siendo a día de hoy una de las mayores potencias del mundo en este deporte.

La jugadora ya tuvo problemas en 2019 en su país cuando decidió publicar un vídeo de apoyo a su compañero, Alireza Firouzja, n.º 4 del mundo actualmente en categoría masculina, cuando el joven prodigio del ajedrez iraní decidió marcharse de su país para instalarse en Francia. El ajedrecista se cansó de no poder competir ante jugadores israelíes por la prohibición del Gobierno de Irán. Dichas incomparecencias le costaban torneos y títulos debido al boicot completo de Irán a Israel.

La familia de Sarasadat Khadem tiene casa en España desde hace varios años. La jugadora está casada con un conocido director de cine iraní, Ardeshir Ahmadi, con quien tiene un hijo de apenas unos meses. La familia es consciente del peligro que corren si vuelven a Irán tras el último acto de rebeldía de Khadem.

Ola de protestas de deportistas iraníes

Las protestas que se iniciaron en septiembre constituyen uno de los desafíos más importantes a los dirigentes iraníes desde la revolución de 1979, y han involucrado a iraníes de todas las clases sociales.

Las mujeres han desempeñado un papel destacado, quitándose y, en algunos casos, quemando pañuelos, mientras que los manifestantes se han ido sumando a lo que consideran unas muestras de apoyo por parte de deportistas iraníes de ambos sexos.

En octubre, la escaladora iraní Elnaz Rekabi compitió en Corea del Sur sin pañuelo en la cabeza, y en noviembre una arquera iraní hizo lo mismo durante una ceremonia de entrega de premios en Teherán. Ambas tuvieron que pedir disculpas públicamente y alegaron que había sido un descuido, "sin querer".

La viceministra de Deportes iraní, Maryam Kazemipour, afirmó que algunas atletas iraníes habían actuado en contra de las normas islámicas, y pidió disculpas por sus actitudes asegurando que era una situación que no iba a repetirse. Pero no ha sido así.

Durante el Mundial de fútbol de Qatar, la decisión de los jugadores de no cantar el himno en el primer partido ante Inglaterra dio la vuelta al mundo. El régimen volvió a amenazar a sus jugadores, y el equipo decidió cantar el himno en el segundo y tercer partido de la fase de grupos.

Según la agencia de noticias activista HRANA, hasta el jueves habían muerto 507 manifestantes, entre ellos 69 menores de edad. Hace unas semanas fue ahorcado un luchador de wrestling, mientras que la ejecución del futbolista Nasr-Azadani sigue pendiente de llevarse a cabo ante el silencio de la FIFA y las principales autoridades deportivas del mundo.

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