
La primavera y el verano son los momentos que más se aprovechan para estar horas y horas en la calle, los parques, playas y piscinas. Y, ¿por qué no aprovechar esos lugares para hacer ejercicio? Es algo beneficioso ya que, al exponerse al sol aumenta la liberación de serotonina, se reduce la ansiedad y mejora el patrón de sueño. Pero no solo eso y es que el hecho de pasar tiempo al aire libre puede contribuir en el tratamiento de problemas de salud graves, ya que reduce la tensión arterial y la diabetes, y fortalece el sistema inmunitario. También puede ser beneficioso para la vista e incluso disminuir los dolores.
Además, el hecho de entrenar al aire libre sirve para aprovechar el buen tiempo y la naturaleza mientras se mantiene el buen hábito de hacer deporte. Es obvio que las rutinas al aire libre permiten no solo ejercitarse, sino también disfrutar del sol y el aire fresco, lo que contribuye a mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés.
¿Por qué es importante hacer ejercicio al aire libre?
Hacer ejercicio al aire libre ofrece una serie de beneficios únicos para la salud física y mental. Diferentes estudios han demostrado que entrenar en exteriores puede mejorar la condición cardiovascular, fortalecer los músculos y huesos, y ayudar a perder peso de manera más efectiva que el ejercicio en interiores. Además, estar en contacto con la naturaleza reduce los niveles de estrés, mejora el estado de ánimo y aumenta los niveles de vitamina D. Esto se traduce en una mejor calidad de vida y en una mayor conexión con el entorno.
- Beneficios para la salud física: El ejercicio al aire libre tiene un impacto positivo en diversos aspectos de la salud física. Desde mejorar la capacidad cardiovascular hasta fortalecer músculos y huesos.
- Beneficios para la salud mental: Estar en contacto con la naturaleza ha demostrado reducir los niveles de estrés y mejorar el estado de ánimo. Esto se debe en parte al aumento de los niveles de vitamina D, lo cual se traduce en una mejor calidad de vida y un mayor bienestar general.
- Conexión con la naturaleza: Hacer ejercicio al aire libre brinda la oportunidad de establecer una conexión más profunda con el entorno natural. Al realizar las actividades físicas en parques, senderos o cuerpos de agua, se puede disfrutar de la belleza de la naturaleza y encontrar un sentido de calma y tranquilidad que es difícil de replicar en un gimnasio o un espacio cerrado. Esta conexión con el mundo natural puede mejorar el bienestar general y enriquecer la experiencia de entrenamiento.
- Vitamina D y energía solar: La exposición al sol es fundamental para la síntesis de vitamina D en el organismo y, al entrenar al aire libre, se aprovecha la luz solar directa, lo que contribuye a mantener niveles óptimos de vitamina D, esencial para la salud ósea y el sistema inmunológico. Además, la energía solar también estimula la producción de endorfinas, las "hormonas de la felicidad", lo que mejora el estado de ánimo.
¿El mejor entrenamiento al aire libre?
- Trail running: A diferencia de correr en una carretera plana o en cinta, el trail running requiere más esfuerzo físico, de hecho, el equilibrio y la estabilidad necesarios en el trail running activan y fortalecen los músculos del torso. Pero no solo eso sino que esta práctica requiere un mayor uso de los músculos de las extremidades inferiores, incluyendo los glúteos, los cuádriceps y los gemelos. Y, además, el trail running es un entrenamiento para la mente ya que se necesita la máxima concentración para no terminar cayendo. Además de estimular la mente, también puede mejorar la salud mental. En diferentes estudios se ha demostrado que caminar durante 90 minutos o correr por la naturaleza puede aliviar la depresión porque reduce la actividad negativa del cerebro.
- Running o caminata rápida: Correr es uno de los ejercicios más populares durante el verano, ya que se puede hacer en cualquier lugar: parques, playas o caminos rurales. Si se prefiere algo de menor intensidad, una caminata rápida es igualmente efectiva para mejorar la salud cardiovascular y tonificar las piernas.
- Senderismo: El senderismo puede ser un entrenamiento de cardio fantástico siempre que sea lo suficientemente intenso como para aumentar la frecuencia cardíaca y respiratoria de forma significativa. Es cierto que la duración o la intensidad con la que se haga depende de la condición física de cada uno. Además, si se quiere pasar tiempo en la naturaleza, hacer senderismo es una opción ideal ya que permite disfrutar de la naturaleza y observar desde los pequeños detalles a los más grandes.
- Ciclismo: Montar en bicicleta es una excelente manera de explorar nuevos paisajes mientras se trabajan las piernas y el core. Además, es un ejercicio de bajo impacto que mejora la resistencia y fortalece los músculos sin ejercer demasiada presión sobre las articulaciones.
- Patinaje: El patinaje se recomienda como un deporte para trabajar la capacidad aeróbica. Además, hay que tener claro que con el patinaje se pueden quemar entre 500 y 1.300 calorías por hora dependiendo del tipo de patinaje y del nivel. Pero no solo eso sino que es una actividad de bajo impacto, por lo que muchas personas a las que les gusta hacer ejercicio físico recurren a ella. Hay que saber que el patinaje es parecido al running y al ciclismo, ya que sirve para trabajar los cuádriceps y los isquiotibiales. Por otro lado, también es un entrenamiento excelente para los glúteos y la parte interior y exterior de los muslos. Además, este tipo de deportes de bajo impacto pueden tener grandes beneficios para la salud mental.
- Entrenamiento funcional: Este tipo de ejercicio combina movimientos naturales del cuerpo, como sentadillas, flexiones y burpees, para desarrollar fuerza, equilibrio y coordinación. Al realizarlo en la playa o en un parque, se puede usar el propio peso del cuerpo y aprovechar los entornos naturales, como bancos o barras, para variar los ejercicios.
- Natación: Si se tiene acceso a una piscina o al mar, la natación es una de las formas más completas de entrenamiento. Trabaja todos los grupos musculares, mejora la resistencia cardiovascular y, al ser de bajo impacto, protege las articulaciones.
- Deportes acuáticos: Además de la natación, se puede probar una variedad de deportes acuáticos que mantendrán activo y con la adrenalina en alto durante el verano. Actividades como kayak, stand-up paddle board o remo permitirán explorar cuerpos de agua naturales mientras se trabaja todo el cuerpo. Estas actividades acuáticas aire libre son divertidas, desafiantes y ayudarán a mantenerte en forma durante los meses cálidos.
- Yoga o pilates en la playa o en el parque: Estas disciplinas no solo fortalecen el cuerpo, sino que también mejoran la flexibilidad y la conciencia corporal, además, realizarlas al aire libre incrementa la sensación de bienestar al estar en contacto con la naturaleza. Hacer yoga en un estudio es fantástico, pero las sesiones pueden ser mucho más gratificantes en la naturaleza. Además, hay que recordar que muchas asanas tienen nombres de animales y elementos de la naturaleza: kakasana (postura del cuervo), bhujangasana (postura de la cobra), tadasana (postura de la montaña) y chandra namaskar (saludo a la Luna), lo que remarca la potente conexión del yoga con la naturaleza. Además, hay que tener claro que hacer yoga cuando las temperaturas son altas aumenta la frecuencia cardíaca, de forma que se queman más calorías, también se mejorará la flexibilidad y aumenta la sudoración, por lo que se expulsan más toxinas.