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Moto GP

La lluvia obliga a cancelar la carrera de MotoGP en Silverstone

La carrera de MotoGP, cancelada por culpa de la intensa lluvia. El peligro el agua acumulada en algunos puntos del trazado ha sido el motivo.

La carrera de MotoGP, cancelada por culpa de la intensa lluvia. El peligro el agua acumulada en algunos puntos del trazado ha sido el motivo.
Jorge Lorenzo, en el circuito de Silverstone. | EFE

El caos vivido en la jornada previa, con el grave accidente del español Tito Rabat, que tuvo que ser operado de urgencia en el Hospital Universitario de Coventry y no regresará a España como muy pronto hasta el próximo jueves o viernes, cuando se considere que están estabilizadas sus lesiones, ha pesado como una losa a la hora de adoptar una decisión con la que se quiere garantizar la seguridad de todos los pilotos.

Con esas experiencias previas, el amanecer en el circuito de Silverstone -el más largo del calendario del Mundial, con 5.900 metros-, estuvo en todo momento condicionado y lo refrendó el cambio radical de la programación, al ser la carrera de MotoGP la primera en disputarse, seguida por Moto3 y Moto2, y con el agravante de que los últimos entrenamientos libres en la "categoría reina" se realizaron en seco, los únicos en esas condiciones, pues a partir de entonces comenzó a llover.

Aunque no llovió intensamente, lo cierto es que no dejó de caer agua en ningún momento desde que se disputasen los últimos libres de Moto3 y Moto2, lo que fue "encharcando" la pista hasta que los pilotos de MotoGP salieron para hacer la vuelta de formación de salida.

En esa vuelta de formación se vio como Álvaro Bautista se salía de la pista y Maverick Viñales -el más rápido en los últimos entrenamientos libres, que se realizaron en seco-, tenía un par de sustos en forma de "trallazos" de la rueda trasera de su moto.

Nada más llegar todos los pilotos a la formación de salida se tomó la decisión de aplazar la misma y motos y pilotos regresaron a sus talleres, a la espera de una nueva decisión que, en cualquier caso, no parecía albergar nada bueno y todo apuntaba a la anulación del gran premio.

Una concatenación de problemas y adversidades que hicieron sopesar la necesidad de arriesgarse a una decisión que podía poner en peligro la seguridad de los pilotos, que fue la que al final prevaleció, y por la cual se adoptó la decisión unánime de cancelar la carrera británica.

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