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Moto GP

Nadia Tronchoni: "Lo que más le ha dolido a Valentino Rossi es no haber ganado el décimo Mundial"

Libertad Digital entrevista a Nadia Tronchoni, redactora jefa de Deportes de El País, con motivo de su libro Valentino, las mil caras de Rossi.

Libertad Digital entrevista a Nadia Tronchoni, redactora jefa de Deportes de El País, con motivo de su libro Valentino, las mil caras de Rossi.
Valentino Rossi. | Cordon Press/Archivo

Valentino Rossi, un piloto brillante pero un hombre metódico y obsesionado con los números. Un piloto ambicioso pero un amigo leal y divertido. Nadia Tronchoni, periodista especializada en el Mundial de motociclismo y redactora jefa de la sección de Deportes del diario El País, nos descubre en su libro, Valentino, las mil caras de Rossi, al hombre y al piloto.

Personajes reconocidos en el paddock del Mundial y de su entorno son los encargados de dibujar la vida de uno de los mejores pilotos de la historia de este deporte, destacando sus luces, sus triunfos y celebraciones, pero sin olvidar sus sombras, sobre todo referidas a la temporada 2015, más conocida como la temporada de la patada o el biscotto.

Entrevista a Nadia Tronchoni

- Después de muchos años en el paddock, de entrevistas, de ruedas de prensa... ¿cómo definirías a Valentino Rossi en lo personal, en el trato más cercano?

- La primera entrevista que le hice cuando llegué al Mundial me dijo mucho de cómo es Rossi. En aquella entrevista, que es una de las primeras cosas que cuento en el libro, me di cuenta del carisma de Valentino. Él es una persona que siempre sabe lo que contestar, que tiene el tono adecuado siempre, que cuando se molesta no te acabas de dar cuenta, o sí, pero él intenta modular su tono, sus gestos. Nunca te contesta mal, si acaso usa ese punto de ironía tan adorable que tiene, nunca terminas de saber si algo no le ha gustado, o está enfadado. Yo creo que si tuviera que describirle, aunque es algo muy complicado, diría que es alguien muy leal a su gente, amigo de sus amigos, muy ambicioso, ordenado y supersticioso hasta la enfermedad. Es un gran creyente de las casualidades y de la numerología.

- Rossi siempre ha sido un piloto muy alegre, nunca ha dado la espalda a los medios, ni cuando tiene los problemas con Hacienda. Pero todo cambia en 2015, el año que él denominó la ‘temporada del biscotto’. ¿Se descubren entonces las dos caras de Valentino?

- Seguramente. Él es así, lo ha sido siempre. Incluso el último año que estaba en la miseria, que además se ve obligado a terminar en Petronas y no en Yamaha, incluso así, toda la gente de Petronas asegura que es una persona encantadora, solícita, que trata a todo el mundo genial. Ese es Valentino. Pero está claro que para conseguir nueve títulos mundiales, yo siempre digo, que los grandes campeones, los que arrasan tienen que tener un punto de mala leche. Si no, es imposible seguir ganando y llegar con 36 años al Mundial de 2015, por ejemplo, con esa ansia y necesidad de ganar cuando hacia muchísimo tiempo que no se contaba con él para un título mundial. Él estaba obsesionado con esa cifra redonda de diez mundiales, por lo que decíamos de su obsesión por la numerología, y al ver que no lo lograba, ahí es cuando le sale la mala leche, el mayor enfado que le hemos visto.

- El Mundial de 2015, el famoso año de la patada en Sepang, tiene un protagonismo especial en el libro. ¿Ese año supone un antes y un después en la carrera deportiva de Valentino?

- El suceso de 2015 en Malasia me ha servido como hilo conductor, lo que da sentido a los último años de Valentino. En la rueda de prensa, ese fin de semana en Sepang, Valentino, que ya había empezado a mirar a Márquez con otros ojos y acusarle de no jugar demasiado limpio, empieza con su estrategia, su juego y Marc decide jugar y pasa lo que pasa.

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- Pero si censurable pudo ser la rueda de prensa de Sepang, o lo que ocurrió después en pista, lo fue más la acusación que Valentino vierte sobre todo el paddock incluido Dorna en Cheste mientras Jorge Lorenzo está celebrando su título Mundial.

- Por eso mismo el episodio de Sepang no se puede limitar a Sepang y termina siendo un hilo conductor del libro. Dorna y el propio Carmelo Ezpeleta asumen que Rossi está herido en su orgullo, que está dolido y que son declaraciones a las que no le tienen que dar importancia, lo que no quiere decir que esta forma de hacer fuera mala o buena. Desde Dorna les pidieron a las partes que mantuvieran silencio hasta que se disputara la carrera de Cheste, que hubiera paz. Ambos equipos, más o menos, lo cumplieron, pero acabado el Mundial ya les daba un poco igual lo que dijera cada uno, porque de alguna manera ellos ya habían salvado el campeonato. En aquella época asistimos a lo nunca visto en las motos, a una futbolización de las motos bestial, y eso no es motociclismo.

- Valentino ha estado detrás de la caída o retirada de muchos pilotos como Biaggi, Sete Gibernau, Casey Stoner... pero entonces llega Márquez. ¿Se encuentra Rossi con alguien que es casi como su propio reflejo, con el piloto que provoca en parte su retirada?

- Biaggi fue un caso diferente, pero con Sete y con Stoner es verdad que la guerra psicológica, aunque Valentino siempre lo ha negado, y que hereda del gran Ángel Nieto, Valentino la ejecuta con mucha gracia, casi sin que se note, existió y tuvo éxito, aunque él siempre lo niega. Le funcionó con Sete y Stoner y no le funciona por ejemplo con Lorenzo. Jorge es un piloto muy duro de sesera con la cabeza muy fuerte, y con Márquez efectivamente se encuentra con un espejo. Márquez siente el reto de Valentino y decide jugar, no tiene miedo y sí muchas ganas y descaro. Y cuando el juego llega al barro los dos se sumergen, por eso la relación termina como termina, que es mal.

- ¿Para Valentino su infructuoso paso por Ducati fue una espina clavada?

- Sí, para Valentino es sin duda un bache en el camino pero no le duele tanto como no conseguir el décimo Mundial en 2015. Asumen que el cambio ha sido un desastre. Es una decisión que toma en caliente al sentirse menospreciado por Yamaha tras la llegada de Lorenzo y la forma en que Lorenzo gana y es tratado por la marca. Él considera que se merece algo más, un trato especial y ese rebote le lleva a Ducati y ha reconocido muchas veces que se equivocó. Pero la falta de resultados con Ducati no le duele tanto porque es capaz de remontarlo, renunciar a mucho dinero y volver a Yamaha. De hecho, él es el que termina echando a Lorenzo del equipo, termina reconduciendo la situación, incluso a nivel profesional, porque en esa época consigue ser subcampeón del Mundo.

- ¿Cuánto ha tenido que ver Dorna en alargar la vida profesional de Valentino?

- El único responsable de alargar la carrera de Valentino hasta los 42 años es el propio Valentino Rossi. Pero es cierto que la relación que termina teniendo con Dorna y en especial con Carmelo Ezpeleta en la última etapa de la carrera es muy especial, porque es un piloto al que se le escucha, se le tiene muy en cuenta y tiene criterio en las decisiones. Esto también hace que Valentino se sienta como en casa, cómodo.

- La manera en que se va cada piloto, se retira, dice mucho de los pilotos. ¿Cómo describes y cómo valoras la de Valentino?

- La forma que ha tenido Valentino de retirarse ha sido fascinante. Cuando él decide que sigue corriendo a sus cuarenta años, los periodistas no le dejamos de preguntar por este asunto y él aseguraba siempre que seguía por su pasión por las motos. Una contestación de la que dudas por qué, pero era verdad. Te das cuenta hablando con su entorno, con su gente que Valentino tenía devoción por las motos y hasta el último año él sueña con subir al podio y poder despedirse a lo grande. Es más, él no quería retirarse, a él le acaban convenciendo de que se tiene que retirar porque ya no está ni siquiera entre los diez primeros. De hecho, en su última carrera celebra casi como una victoria está entre los diez primeros. Al final le convencen de que lo deje cuando todavía su su imagen está en lo alto.

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