El CX-5 es un modelo esencial para Mazda, que hasta la fecha ha vendido 1,5 millones de unidades en 120 países. Esto supone el 25% de las ventas mundiales de la marca. Por eso, se ha puesto especial empeño en la actualización de este modelo, que llegará al mercado en junio con muchas novedades.
Estrena carrocería en la línea estética de su hermano pequeño, el CX-3, y varía sus proporciones: ahora mide 4,55 metros y reduce la altura 35 milímetros, lo que contribuye a la mejora aerodinámica. El interior ofrece más calidad y elegancia: destacan los nuevos asientos, una pantalla multifunción de 7 pulgadas más avanzada, nuevo volante, la incorporación de salidas de aire centrales para las plazas traseras y un aumento del equipamiento. También el maletero es más grande y crece hasta los 506 litros.
Cuenta con nuevos faros, llantas y un nuevo color de carrocería: Soul Red Crystal. También mejora la dinámica de conducción y se han reducido los niveles de ruidos y vibraciones, gracias a los cambios introducidos en la suspensión, la dirección o los frenos y medidas, como el incremento del 15% en la rigidez de la carrocería. A nivel de seguridad y asistencia a la conducción, cuenta con sistemas como los nuevos faros LED ALH, un control de velocidad de crucero mejorado con radar y función Stop and Go, reconocimiento de señales de tráfico, sistema de frenada automática de emergencia en ciudad con detección de peatones, etc.
Su gama de motores se compone del turbodiésel 2.2 l. SKYACTIV-D, con 150 y175 CV, y el 2.0 l. SKYACTIV-G, que rinde 165 CV (160 si se asocia al cambio AWD).
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