El Mercedes-Benz GLC es el segundo modelo (el primero es el Clase C) más vendido a nivel mundial de la gama de la marca. Y ahora se actualiza para seguir en el top de ventas del fabricante, que está presentando su renovación (que también llegará al GLC Coupé) en el Salón del Automóvil de Ginebra.
El renovado GLC incorpora un diseño exterior inspirado en su hermano mayor, el Mercedes GLE, del que hereda la parrilla frontal y los faros delanteros. También contará con una nueva gama de colores y más llantas, comprendidas entre las 17 y las 20 pulgadas. Estas últimas son exclusivas para el paquete AMG Line, que también suma paragolpes más deportivos. En el interior estrena un cuadro de instrumentos digital con pantalla de 12,3 pulgadas. La central puede ser de 7 o de hasta 10,25 pulgadas y va combinada con el sistema MBUX estrenado en el Clase A, con funciones de conectividad y una nueva interfaz de usuario de control por gestos.
En el apartado de motores, son cinco las opciones mecánicas disponibles, todos de cuatro cilindros y dos litros, combinados con tracción 4Matic y cambio 9G-Tronic. En gasolina llegan los GLC 200 y GLC 300, con 197 y 258 CV de potencia respectivamente y que suman la tecnología EQ Boost, con una batería de 48 voltios y un motor eléctrico que funciona como motor de arranque y suma 16 CV adicionales. Este sistema le permite obtener el distintivo ECO de la DGT.
En diésel se podrá elegir entre los GLC 200d, GLC 220d y GLC 300d, que proporcionan 163, 194 y 245 CV de potencia respectivamente. Además, el GLC incorpora por primera vez el tren de rodaje Dynamic Body Control con amortiguación variable de regulación progresiva para el eje delantero y el trasero. Y cuenta con numerosas mejoras en los sistemas de ayuda a la conducción.
Más información del Mercedes-Benz GLC.