BMW ha vendido ya 1,3 millones de unidades del Serie 1, que ahora llega a su tercera generación apostando por la tracción delantera. El nuevo modelo presenta una imagen musculosa y deportiva, que recuerda en el exterior al BMW X2. Estrena, entre otros elementos, una parrilla con los característicos riñones de mayor tamaño y nuevas llantas. Además, gana espacio en el interior, especialmente en las plazas traseras y el maletero crece 20 litros hasta los 380 litros de capacidad.
Aunque la tracción sea delantera habrá variante con tracción total XDrive y ofrecerá la máxima agilidad gracias a sistemas como el que hereda del BMW i3s, la tecnología ARB, que controla el deslizamiento de las ruedas motrices de manera más rápida y precisa y trabaja en combinación con el DSC para impedir el subviraje. Una tecnología que debuta en un modelo de combustión. Además, en este sentido, también contará con lo último en ayudas a la conducción y seguridad y estrena, aunque en opción, la llave digital (desbloquea el coche a través del smartphone) y el asistente personal de la marca.
Por lo que se refiere a los propulsores, contará en su lanzamiento comercial con tres motores diésel y dos de gasolina. Entre los diésel, la gama arranca en el BMW 116d, con 116 caballos y consumo a partir de 3,8 l/100 km. Por encima está el 118d, con 150 caballos y 4,1 l/100 km de consumo medio. Y el tope en diésel será el 120 xD, con 190 caballos, tracción total y 4,5 l/100 km de consumo combinado. En gasolina ofrece el 118i de 140 caballos y 5 l/100 km de consumo medio. Como tope de gama estará el M135i xDrive, con 306 caballos y tracción total, con un consumo medio de 6,8 l/100 km y capacidad para acelerar de 0 a 100 km/h en solo 4,8 segundos y de alcanzar los 250 km/h de velocidad máxima.
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