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Javier San José, piloto del Dakar: "Yo soy mi principal patrocinador"

Entrevista en Libertad Digital al piloto madrileño de motos, que ha conseguido acabar el raid en su primera participación a sus 48 años.

Entrevista en Libertad Digital al piloto madrileño de motos, que ha conseguido acabar el raid en su primera participación a sus 48 años.
Javier San José, piloto madrileño de motos que ha conseguido acabar el Rally Dakar en su primera participación. | Javier San José

Javier San José Yétor ha cumplido uno de sus grandes sueños. Este piloto madrileño, de 48 años y residente en Villaviciosa de Odón (Madrid), ha conseguido terminar el Rally Dakar 2023. Finalizó en el puesto 69 en la categoría de motos, a más de 22 horas del ganador –el argentino Kevin Benavides–, pero eso seguramente sea lo de menos teniendo en cuenta que se trataba de su primera participación en el raid más duro del mundo y que además lo ha hecho como piloto amateur privado.

Piloto de avión de aerolínea comercial, Javier ha pasado de surcar los cielos a hacerlo en las dunas de los desiertos de Arabia Saudí, escenario del Dakar desde el año 2020. Y ha logrado completar la prueba en su debut. "Me ha ido mejor de lo que esperaba. Es una carrera tremenda, de mucho desgaste y eliminación, distinta a otras que he corrido", reconoce San José en una entrevista a Libertad Digital a su vuelta del raid.

El madrileño, que también ha vivido en otros puntos de nuestra geografía como Tenerife, Palma de Mallorca y Barcelona, siempre soñó con disputar el Rally Dakar. Y en este 2023 se ha estrenado a lo grande, a lomos de una KTM 450 Rally, después de haberse preparado para este raid de altísima exigencia durante los tres últimos años. "Llevo poco tiempo corriendo rallys, desde 2018. Cuando empecé no quería que me patrocinaran por no poner a nadie en una obligación. Hacía cosas muy esporádicas. Voy primero al Rally Hispania... pruebas que no son muy caras. 300 ó 400 euros, 1.000 a lo sumo... así que con unos 2.000 euros hacías toda la temporada, pero el Dakar es otra historia", explica a este periódico.

70.000 euros para poder correr

"Otra historia" que se va a los cerca de 70.000 euros, como Javier ha explicado a este periódico, "entre moto, recambios y los rallys previos de clasificación". "Me han obligado a ir con asistencia porque este año no admitían rookies (novatos) en categoría Original, así que llegué a un acuerdo con el equipo Pedregá Team, pero sin mecánico. Como si fuera piloto de Original, pero con dorsal blanco en vez del rojo por abaratar costes. Me hubiera encantado ir a dormir a una autocaravana, pero no daba el dinero para más", relata.

Y es que, además, Javier San José quería a toda costa que su hijo mayor, Marco –la pequeña es Claudia–, le acompañara en esta aventura porque "se ha involucrado desde el minuto 1". "Hemos venido en plan precario. Cometí la locura de no cambiar motor ni refrescarlo porque no había dinero, para que él pudiera venir, pero afortunadamente todo ha salido bien", dice el madrileño, que aterrizaba en Arabia Saudí junto con su gran amigo Eduardo Iglesias, que este año ha disputado su cuarto Dakar en motos.

Una aventura que comenzó el 31 de diciembre y acabó quince días después. Un total de 8.549 kilómetros, de los cuales 4.706 han sido cronometrados, en los que Javier ha vivido todo tipo de experiencias.

"Llegué un poco conservador, a ver cómo iba la cosa, pero al final me fui soltando. En el Dakar es todo muy distinto por el tipo de navegación y porque allí las velocidades son bastante más altas. Había ido rápido con la moto, pero no durante tanto tiempo, en estas etapas tan largas", explica un Javier San José que recuerda lo especialmente duros que fueron los tres primeros días de competición. "Mucha gente se quedó fuera por accidentes, por roturas de la moto... yo llevaba un juego de ruedas extra. El segundo día tuve que cambiar la rueda delantera porque la había destrozado, la tenía llena de abollones, totalmente deformada", relata a LD.

Problemas meteorológicos y mecánicos

Así, las primeras etapas fueron para él "muy machaconas, con mucha piedra, que te castigaba más físicamente. Luego con las dunas fue menos lesivo, menos machacón, pero me he encontrado casi siempre bien física y técnicamente porque, entre otras cosas, he entrenado como un animal, todo sea dicho".

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Cómo no, también llegaron los problemas meteorológicos y mecánicos. "Este año ha llovido una barbaridad y hemos pasado frío. De hecho, en la tercera etapa, en el CP 2 (segundo punto de control), nos sacaron de la especial. Llevábamos unos 270 kilómetros y nos sacaron porque empezó a llover con mucha fuerza y luego a granizar. Claro, los helicópteros no pueden volar y tienen que cancelar la carrera. En la tele puedes ver imágenes buggies, coches y camiones que se quedaban atascados al cruzar los ríos. Ese día se lio una buena", relata. "Y es que luego conduces 300 kilómetros por carretera", apunta, "completamente mojado y con ropa de Enduro, que es muy ligera. Tienes la obligación de llevar chaqueta o chaleco, pero no llevas abrigo realmente, yendo mojado a seis grados… así que ya te puedes imaginar que se pasa mal".

En cuanto a los problemas mecánicos, recuerda que uno de sus grandes caballos de batalla fue el combustible, que le dio "muchos problemas". "Uno de los días reposté tarde, debí pillar la parte de abajo de los depósitos y el combustible se acabó contaminado por agua o por lo que fuera. La moto iba pegando tirones, así que tuve que cambiar las bombas de delante, de atrás... pensaba que no llegaba".

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"No podía acelerar la moto y cuando la inclinabas se paraba", apunta. "Llegué al refueling, reposté y se pasó hasta que, casi llegando al final, empezaba a ratear la moto, se venía abajo y no podía pasar de 60 kms/h. Tenía que ir muy suavecito, con el acelerador poco a poco, para mantener una velocidad constante y así fue como pude salvar los muebles", ha añadido en la entrevista a Libertad Digital.

"Es algo tan especial que engancha"

A pesar de todos los avatares vividos en este Dakar 2023, en el año de su debut, Javier San José tiene que claro que está dispuesto a repetir el año que viene. "Como primera experiencia ha sido muy chula. Veía a mucha gente diciendo ‘ya no vuelvo más’ y yo, mientras tanto, pensaba: ‘el año que viene vuelvo, no me lo quiero perder’", asegura. "Si ahora mismo quedaran dos semanas para la carrera, te diría que no iría porque no hay dinero, pero como queda un año pues hay que intentar conseguirlo, claro que quiero repetir porque el Dakar es algo tan especial que engancha".

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Para poder acudir al Dakar 2024, Javier es consciente de que debe ir "empezando a buscar patrocinadores". "Empecé a moverme más por redes sociales, para llamar la atención de las marcas, pero una parte muy importante de la financiación ha salido de gente particular. Hicimos un grupo de supporters, con llamamiento a gente por redes sociales y vendiendo una serie de packs, desde el básico de 20 euros, aunque la gente podía aportar la cantidad que quisiera, ofreciendo una camiseta de carrera, quedada post-Dakar, el roadbook firmado… Luego el último mes, desde que acabé el Rally de Marruecos y anuncié que había conseguido la plaza para el Dakar, empezaron a salir más cosas a nivel de empresa. Aun así me ha costado dinero", recordando la cifra de unos 70.000 euros, "yo soy mi principal patrocinador", finalizó.

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