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Alguien tiene que poner orden en Ferrari

Caos en Ferrari.
Caos en Ferrari. | EFE

Es cierto que este 2022 no es ni de lejos la peor temporada de Ferrari, las temporadas de 2020, 1973 y sobre todo 1980 fueron años que dejaron a la escudería italiana muy lejos de las primeras posiciones tanto del Mundial de pilotos como el de constructores.

Pero lo ocurrido este domingo en el circuito de Zandvoort debería hacer cambiar las cosas en el equipo del Cavallino Rampante. Ferrari suele destacar por fallar en las paradas y cambio de neumáticos, pero lo de este domingo ha cruzado la línea de lo admisible. ¿De verdad nadie, ningún responsable, se dio cuenta al parar a Carlos Sainz que en lugar de cuatro neumáticos solo había preparado tres? ¿Tan poco vale el trabajo y los riesgos que asumen los pilotos al subirse a su monoplaza?

Desde 2020, año en que Sebastian Vettel decidió huir de Ferrari ante el fracaso de sus aspiraciones de volver a ser campeón, MattiaBinotto sigue defendiendo su gestión al frente del equipo y es aquí donde radica parte del virus que mantiene tocado a la escudería más laureada de la F1. La falta de liderazgo y la consecuente desorganización interna dentro del equipo provoca fallos en las estrategias, errores en las paradas que, un año más, van a costarle el Mundial al equipo italiano, que vive una de las sequías de títulos más prolongadas de su historia.

Si sumáramos los puntos que Ferrari se ha dejado en fallos no forzados y fuera de pista, el Mundial sería todavía una opción. Si bien es cierto que Red Bull ha aprovechado el descanso estival para ganarle rendimiento a su monoplaza y afianzar el liderazgo de su primer piloto, Max Verstappen, Ferrari ha hecho con sus errores que el equipo del toro se haya marchado en el Mundial de forma irremediable. Hasta Mercedes, si Ferrari sigue con su tendencia negativa actual, podría adelantar a la escuadra italiana que deberá responder con algún resultado digno el próximo fin de semana en su casa, en el circuito de Monza, Italia.

Fernando Alonso abandonó Ferrari cansado de la falta de disciplina en el equipo y las malas decisiones, como la que hizo que perdiera el Mundial en Abu Dhabi en 2010. Ferrari se ha convertido en una escudería de postureo, no de campeones. Lejos queda la época en que Jean Todt y Michael Schumacher convirtieron la fábrica de Maranello en una máquina perfectamente engranada y preparada para ganar y hacer historia.

De nada sirve tener el mejor coche a principio de temporada si nadie conduce el barco con liderazgo y la estrategia deportiva es puro azar e improvisación. Esto solo lleva al naufragio del proyecto y Ferrari ya lleva muchos barcos abandonados a su suerte mientras se hundían sin que nadie se haya responsabilizado de ello.

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