
Alonso y Márquez juntos en la fiesta de Ducati
Bagnaia sigue con su remontada particular ante un Quartararo que, pese a no tener la mejor moto, está haciendo gala de ser el más regular.

Un año más Ducati se ha impuesto en el GP de Austria celebrado este fin de semana en el Red Bull Ring. Pecco Bagnaia sigue con su remontada particular ante un Fabio Quartararo que, si bien no cuenta con la mejor moto, está haciendo gala de ser el más regular y el que mejor aprovecha sus oportunidades y amortigua los riesgos cuando no es el favorito. El piloto francés es más líder del Mundial y tras él sigue Aleix Espargaró, todavía tocado por su lesión de tobillo, y un Bagnaia que lucha contra sí mismo y la sombra de las caídas que el año pasado le dejaron sin título.
Pero este fin de semana las cámaras han tenido muchos focos a los que enfocar, no sólo a aquellos que iban a tomar parte de la carrera. Marc Márquez, todavía de baja tras la cuarta operación de hombro, no ha querido perderse el GP de Austria y ha estado echando una mano a Honda, que está sumergida en la peor crisis de su historia. Sin triunfos, casi sin puntuar y con su piloto estrella fuera de combate, a la fábrica del ala dorada sólo le queda esperar a Márquez, cruzar los dedos y que el ocho veces campeón del mundo siga teniendo con la moto nipona el mismo feeling que antes de la lesión. Pero ya lo hemos dicho muchas veces, Marc no puede ser el mismo piloto que era antes de la caída en Jerez. Tanto han cambiado las cosas que el piloto ilerdense podría haber roto la relación con el que ha sido su mánager desde hace dos décadas, antes siquiera de que el mayor de los Márquez llegara al Mundial. Hablamos, por supuesto, de Emilio Alzamora.
Al parecer, el que fuera campeón del mundo de 125cc no ha acudido a los dos últimos grandes premios y tampoco ha estado en distintos eventos de patrocinadores en los que sí ha acudió Márquez, del que hasta ahora no se separaba. Una diferencia en cómo gestionar la imagen pública del piloto de Honda podría haber puesto punto final a la relación de casi dos décadas entre Alzamora y los hermanos Márquez.
Muchas preguntas en los garajes sin responder, como la que muchos periodistas se han hecho este fin de semana al ver a Fernando Alonso en el garaje de Aprilia junto con Aleix Espargaró. El dos veces campeón del mundo de F1 disfrutó de su último fin de semana de vacaciones rodeado de un compañero de grupeta, Aleix Espargaró, con el que, además del motor, coinciden en su pasión por el deporte de dos ruedas no motorizadas, el ciclismo.
Dos veteranos bajo un mismo techo que están terminando su carrera deportiva profesional de forma muy diferente: mientras Alonso sigue soñando con volver a los puestos de arriba, Aleix —que siempre soñó con ello— ahora disfruta de su temporada más dulce en la que no descarta, siquiera, poder lograr el título de MotoGP.