Primero fue Izan Guevara en Moto3, y este domingo en el fin de fiesta del Mundial de Motociclismo en Cheste ha sido Augusto Fernández. Este piloto mallorquín se ha unido a una larga y prestigiosa lista de pilotos españoles que han conseguido frente a la afición valenciana ser Campeones del Mundo. Dani Pedrosa, Jorge Lorenzo, Marc Márquez o Joan Mir y ahora este chaval de Mallorca que se alió a la energía de los mantras y a la fuerza de los mudras para conectar con el campeón que siempre le dijeron que llevaba dentro.

De él todos hablan bien, educado dentro y fuera de la pista, buen compañero, trabajador y un piloto tremendamente familiar que tuvo a sus padres como principales apoyos para remontar una temporada que empezó bien en Qatar pero que se nubló en la gira europea. Fue en Le Mans cuando su madre, profesora de yoga, le instruyó en la ciencia de los mantras, el canto de sonidos, de sílabas con una frecuencia determinada que son capaces de mover energía. Augusto escuchó la suya y la hizo coincidir con la de su KTM firmando su primer podio de la temporada y su seria candidatura al título frente al japonés Ai Ogura.

Sin duda la templanza que le ha faltado al piloto japonés y que ha manejado a la perfección Augusto han sido las claves para convertirse en el vigesimocuarto campeón del Mundo español.

La carrera de Augusto es una carrera de idas y de venidas. Casi fuera del Mundial fue Sito Pons quien le sentó encima de la moto como sustituto de Héctor Barberá, dos años más tarde llegaría a luchar por el Mundial de Moto2 junto a Álex Márquez, que al final logró el título. Tras su derrota tuvo que andar una larga travesía por el desierto que duró casi tres años, los mismos que tardó en volver a subirse a lo más alto del podio. Este año, junto al tiburón de Mazarrón, campeón el año pasado de Moto3 y rookie del año en Moto2, Pedro Acosta, han compuesto uno de los equipos más competitivos de la parrilla.

El año que viene, con el galón que da ser Campeón pasará a sufrir a la categoría reina, una jungla de hambrientos pilotos que buscan ganar en la cilindrada más exigente de todas.