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El desconcierto también contagia a la F1 y a MotoGP

Fabio Quartararo nuevo líder del Mundial de Moto GP
Fabio Quartararo nuevo líder del Mundial de Moto GP | Twitter

Desde hace unas semanas tengo que reconocer que he dejado de entender muchas cosas, muchas cosas que, o se me escapan o han dejado de tener sentido o coherencia. La pandemia en la que estamos inmersos, en la que hoy es blanco, mañana negro y pasado nadie sabe nos tiene a todos, unos más que otros, desconcertados. En el mundo del motor las contradicciones también están a la orden del día.

Este mismo fin de semana, después de meses de restricciones y estando inmersos en una segunda ola de contagios en toda Europa, hemos sido testigos de cómo en el GP de Rusia en Sochi, parecía como si no hubiera bicho, las gradas llenas de gente que no mantenían las distancia de seguridad y en muchos casos sin mascarillas. Es cierto que en Italia ya habíamos visto público en los circuitos, pero nada que ver. Allí, tanto en Mugello como en Monza, los espectadores casi se podían contar con las palmas de las manos, todos llevaban mascarillas y fueron entradas escogidas y regaladas a sanitarios y otros trabajadores públicos que estuvieron en la primera línea durante la primera ola del mes de marzo y abril.

En Rusia, como si nada, niños, familias enteras e incluso vips por algunas zonas del circuito, y ojo porque dentro de poco más de un mes se celebrará en Turquía el correspondiente gran premio y allí se han batido todos los récords en venta de entradas con más de 100 mil. La Fórmula 1 lleva desde que arrancó con estrictos protocolos de seguridad para proteger a los pilotos, a los equipos, en definitiva para preservar un campeonato que ya ha perdido todo el dinero que podría perder y llega Rusia y abre las puertas al campo. Sinceramente, es sorprendente.

Más cosas sorprendentes, la ocurrida el sábado en el circuito de Montmeló cuando a la organización se le colaron unas gorras, que deben llevar los pilotos que han conseguido los mejores tiempos para la parrilla del domingo, con las esteladas bordadas en un lateral. Tuvieron que ser los medios de comunicación los que anotaron el detalle y todo en medio de la negociación de Dorna y la dirección del circuito para seguir acogiendo el año que viene el Mundial de motos. No me digan que no parece como si no hubiera control, en terminología de motor, que vamos sin frenos y que todo se nos escapa de las manos. Y no es lo único que sorprende.

Hamilton, el pasado fin de semana, haciendo suyo el Mundial y subiendo al podio con una camiseta que por muy representativa de derechos que fuera no era reglamentaria. Las normas deben serlo para todos y el Mundial no es de nadie, ni mucho menos le pertenece a Hamilton, por muchos campeonatos que tenga; si quiere defender su ideales tienen millones de seguidores en las redes para su uso y disfrute. Y en lo deportivo, hay cosas que también son igual de sorprendentes. Campeonato del Mundo de MotoGP, ganador del GP de España y nuevo líder del Mundial, Fabio Quartararo, el primer piloto que coloca a un equipo satélite en lo más alto de la clasificación de la categoría reina. Segundo clasificado en la carrera del domingo celebrada en España, y segundo también en el Mundial, Joan Mir, piloto de Suzuki. ¡De Suzuki! ¿Dónde están los equipos oficiales, Yamaha, o qué decir de Honda? No es el mundo al revés pero se le parece bastante. No se qué veremos el próximo fin de semana, pero debemos estar preparados para casi todo, y no sé si será todo bueno.

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