Las nuevas normas, los nuevos coches están provocando que la fiabilidad, la regularidad sean las bazas más apreciadas si se quiere conseguir el Mundial. Si en Australia, después del abandono de Verstappen y una nueva victoria de Leclerc, todo el mundo señaló a Ferrari y al piloto monegasco como los máximos favoritos para el título, después del Gran Premio de este domingo en Ímola las sensaciones han cambiado y mucho.

Red Bull ha reaccionado en un tiempo récord, ha aligerado el coche y han conseguido el máximo de puntos posibles después de imponerse tanto en la carrera al sprim del sábado como enla carrera clásica del domingo, donde además pudo celebrar un doblete.

Sólo cuatro carreras después del arranque del Mundial empezamos a ver los primeros errores en la escudería italiana que ha pasado su peor fin de semana desde que se apagara el semáforo en rojo en marzo en el circuito de Barheim. El fallo de Leclerc el domingo que le ha dejado fuera del podio y el abandono de Sainz en la primera vuelta supone un duro revés para la escudería que empieza a mostrar su cara más desordenada o titubeante, esa que le ha hecho perder tanto en el pasado.

Aún con el fallo del Leclerc, el monegasco todavía sigue liderando la clasificación de pilotos con un cómodo colchón de 27 puntos, pero Verstappen ha compensado sus dos abandonos en carrera, ya es segundo y su confianza y la del equipo puede hacer que las cosas cambien.

Donde parece que no cambia nada pese a los continuos titulares de que llega El Plan, las mejoras, la confianza, es en los españoles. Si bien Alonso firmo quinto en la parrilla al sprint y Carlos Sainz protagonizó el sábado una remontada brillante, el domingo los dos españoles hicieron aguas y terminaron fuera de carrera. Carlos ha bajado de la segunda posición de la clasificación de pilotos hasta la quinta plaza, y empieza a notar los nervios y la presión que supone que tu compañero de equipo, con el mismo el coche, logre mejores resultados.

Qué les puedo decir de Fernando Alonso, pues sinceramente, que ni está ni se le espera. Ya siento tener que ser tan dura con el piloto español, y sin bien la lluvia puede haber aguado en Ímola las mejoras en el fondo plano que Alpine había previsto que les diera mayor velocidad punta y competitividad, lo cierto es que ni el sábado ni el domingo se ha podido celebrar prácticamente nada. Noveno fue Alonso el sábado quedándose fuera de los puntos, y un toque en carrera el domingo le obligó a abandonar debido a los daños que había sufrido el monoplaza.

¿Quedan muchas carreras? Sí. ¿Veremos ganar a un español esta temporada? También, pero apuesten más al rojo porque el Alpine de Alonso y su suerte no parecen estar dispuestos a dejar al piloto asturiano volver a soñar con las celebraciones de champán. En cuanto a Sainz, o espabila en un par de carreras, Montmeló sería una buena plaza para empezar a recortar puntos, y mostrarse como un candidato al título o pasará a ser dentro de poco el escudero de Leclerc.

Este Mundial va muy rápido, quedan por vivir y sufrir muchos fallos de fiabilidad y abandonos que van a hacer que el título se decida al final.