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Maverick deja Yamaha y no me extraña

Viñales dice basta
Viñales dice basta | EFE

Explosivo, con carácter y a veces imprevisible, así es Maverick Viñales. El piloto español no ha soportado la presión de la falta de resultados, la que le ha impuesto su propio compañero de equipo, Fabio Quartararo, y las críticas de periodistas y aficionados y una vez más ha huido, en esta ocasión de Yamaha.

Y digo una vez más porque no es la primera vez que Maverick se pone el mundo por montera y huye a un lugar no creo que mejor, pero sí más tranquilo. Los aficionados a los motos seguro que recuerdan su espantada en plena temporada de Moto3 en la temporada de 2012 cuando dejó tirado a su equipo Avintia teniendo aún opciones matemáticas de ser campeón del mundo, un título que conseguiría un año después.

En esta ocasión, al menos, no ha dejado al equipo tirado, y no creo que haya sido por falta de ganas si no por los 8,5 millones que el piloto catalán cobra por temporada y que no volverá a ver fiche por quien fiche la temporada que viene.

Lo cierto es que Maverick Viñales llegó a Yamaha en 2017 como sustituto de Jorge Lorenzo, fue presentado como el futuro del equipo del triple diapasón y pese a que consiguió muchos podios y victorias, lo cierto es que se espera más de él, se esperaba a un auténtico campeón.

Que Viñales es un gran piloto, eso nadie lo debe poner en duda, pero no creo que sea un campeón de MotoGp. Su carácter es inestable, no es un piloto regular y lo tiene que tener todo de cara para vencer, pocas veces le hemos visto ganar remontando y los adelantamientos en pista han sido su gran talón de aquiles. Al final todo es un problema de confianza, de falta de confianza en la moto, en tu equipo y en tu marca y eso es lo que ha hecho que Maverick haya estallado y haya roto el contrato con Yamaha pese a que lo tenía atado para la temporada presente y la de 2022. Un año muy importante en lo personal para él, ha sido padre por primera vez, y muy complicado de cara a la opinión pública, de hecho dejó twitter hace unos meses debido a las críticas obtenidas por su falta de resultados en pista.

Aprilia es el equipo que suena con más fuerza para convertirse en su nueva casa el próximo año. El contrato está prácticamente atado y ha sido complicado porque la fábrica italiana no estaba dispuesta a pagar la penalización que Yamaha podría haber impuesto a Viñales por romper el contrato antes de su cumplimiento. No creo que se tarde mucho en anunciar el fichaje por parte de la fábrica del Véneto y que empecemos a oír nombres para la moto de Viñales en Yamaha.

Los dos primeros, Rossi, que ya ha dicho que esta decisión no cambia su futuro, que está más fuera que dentro de las motos, y Dovizioso que se ha tomado un año sabático y que podría volver después de haber probado suerte con Honda y con Ducati. La jugada perfecta, claro, sería fichar a Márquez, no demasiado contento con la fiereza de su Honda, aunque si tuviera que apostar lo haría por Joan Mir, un piloto que se parece mucho en el pilotaje a Jorge Lorenzo y que también hemos oído este año algo disgustado por la falta de prestaciones de la Suzuki.

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