Si la superioridad de Red Bull está clara más aún lo está la de Max Verstappen que aún saliendo desde la novena posición no ha encontrado rival y ha conseguido cruzar primero la línea de meta con un una conducción impecable y un ritmo difícil de superar. Ni la pole del Checo Pérez con el mismo coche han podido parar la ambición del vigente campeón que parece estar a otro nivel, en otra galaxia. El piloto holandés parece estar en estado de gracia, cuenta con el mejor coche y sin duda está en el mejor estado de forma físico y mental de su carrera. Verstappen ha conseguido mejorar los tiempos de todos los monoplazas, incluido su compañero de equipo con neumáticos más duros y más viejos, se ha permitido el lujo de adelantar, hasta de dos en dos, a cada uno de los coches que le impedían llegar al único de sus objetivos, ganar.

Si bien Pérez ha reconocido que el fin de semana no ha sido el mejor y que los problemas le han impedido sacar el máximo partido de su monoplaza y alcanzar un ritmo competitivo, el rendimiento de Verstappen deja en entredicho el trabajo de su compañero.

Pese a que los aficionados habían soñado con un podio distinto al de otros grandes premios después de que la clasificación nos dejara la primera línea latina de la historia, la bestia naranja ha roto con los deseos de muchos y ha privado al público americano, plagado de mexicanos, ver a su piloto ganar de nuevo esta temporada.

Las dudas dejan de serlo y empezamos a tener algunas certezas. La primera que Red Bull es un muro para el resto de escuderías y que sólo un accidente o un fallo mecánico puede permitir al resto alcanzar la victoria, sobre todo a Fernando Alonso que parece haberse abonado a la tercer posición, a ser el primero de los demás, el primero de los mortales.

El Aston Martin, y sobre todo Fernando Alonso han firmado, de nuevo, un gran premio brillante, manteniendo a raya a sus inmediatos competidores, sobre todo Ferrari. El piloto asturiano ha demostrado ser un estratega brillante manteniendo las distancias con Carlos Sainz durante la parada primero, y con George Russell después. No debemos quitar valor a un nuevo podio de Alonso ya que, después de los Red Bull, es el único piloto que no falla, que se mantiene alerta y al acecho de los monoplazas del toro, esperando el fallo, esperando la oportunidad.

Acertar parece fácil pero fallar también lo es cuando se pierde la concentración, y si no que se lo digan a Carlos Sainz que ha perdido sus opciones de podio tras cometer un error de novato y rebasar la velocidad a la entrada del pit lane. Las ganas por hacer un undercar a Alonso han forzado el error del madrileño que ha tenido que cumplir una sanción de cinco segundos que le ha hecho caer hasta la quinta posición en carrera.

Sólo un paso adelante de Aston Martin podría llegar a inquietar a Red Bull que se siente cómodo y seguro pese a tener limitación en el presupuesto y por tanto limitación también en el número de horas que pueden usar para probar e implementar las evoluciones durante la temporada. Aún así la superioridad es tan grande que la sanción se vuelve insignificante.