Menú

NBA

Sobre la bocina

La canasta más extraña decide el derbi universitario de Florida en la NCAA

Las primeras semanas de la temporada en la NCAA han dado una de las canastas más extrañas del año.

Cuando la temporada NCAA aún discurre por sus primeras semanas, seguramente ya hayamos asistido a la canasta más rara del año en el baloncesto universitario estadounidense, con el aliciente añadido de que dicho enceste tuvo una relevancia más que considerable.

Los hechos se produjeron el pasado martes, 30 de diciembre, en el Donald L. Tucker Center de la ciudad de Tallahassee, sede habitual de los Seminoles de Florida State, que se enfrentaban en una de las fechas más señaladas de su calendario a su eterno rival, la Universidad de Florida, con la que históricamente han tenido dramáticos duelos, principalmente en fútbol americano pero también en baloncesto. Así, la jugada protagonizada por el alero Jacob Kurtz el pasado martes pasará seguro a la historia del enfrentamiento entre las dos universidades públicas más antiguas del estado de Florida.

El partido, emocionante como no podía ser de otra forma entre dos archienemigos históricos, marchaba igualado a 63 a falta de apenas tres segundos para el bocinazo final. La pizarra del entrenador Leonard Hamilton dio como resultado que el balón acabara en la esquina derecha en las manos del base Devon Bookert, que lanzó en complicado escorzo y bien defendido un tiro que desde el primer momento se pudo ver que no encontraría el aro. Pero fue a partir de ahí cuando se desencadenaron los inesperados acontecimientos.

Con clara ventaja y sin gran oposición, el jugador de los Florida Gators Jacob Kurz buscó un rebote a priori sencillo, tras el que el partido se marcharía a la prórroga. Sin embargo, el balón se les escapó repentinamente de las manos, convirtiéndose en un palmeo que, tras tocar en el tablero, terminó entrando en el aro de su propio equipo, y dando la victoria a los `Seminoles´ por 65-63. Para mayor dolor de Kurtz, la victoria de Florida State supone cortar una racha de cinco derrotas consecutivas ante su rival histórico, que ha estado entre los ocho mejores equipos de la NCAA en las últimas cuatro temporadas, pero que esta campaña no pasa por su mejor momento, y al que la suerte tampoco viene acompañando, como pudo comprobarse el pasado martes, en lo que supuso su quinta derrota en doce partidos jugados hasta la fecha, demasiadas sin duda para una de las grandes potencias del baloncesto universitario.

Sin duda que a partir de ahora Jacob Kurz, que pese a sus discretos números esta temporada (4´5 puntos y 4´9 rebotes en casi 23 minutos disputados) había visto incrementados sus minutos en los últimos partidos por las lesiones de los principales referentes interiores de los Gators, pasará a la historia de la rivalidad entre ambas universidades. Sin embargo, sus compañeros quisieron quitar hierro a la situación tras el partido. Por ejemplo, el base titular, Michael Frazier, declaró tras el partido que "no habríamos tenido opciones de ganar sin él, y desde luego no perdimos sólo por una jugada". En todo caso, Kurtz, que aportó cuatro puntos y siete rebotes en el partido, probablemente no volverá a vivir una situación tan anómala en su vida, en la que una canasta suya sea tan celebrada por el equipo rival y en la que él mismo, tras conseguirla, desee que le trague la tierra.

Partidos

    0
    comentarios