
Que el chef asturiano José Ramón Andrés Puerta, más conocido como José Andrés, es una auténtica institución en los Estados Unidos, es algo más que sabido. No en vano, desde que llegara en 1990 a Norteamérica, y tras instalarse en Washington D.C. y abrir Jaleo en 1993, poco a poco su figura fue creciendo como un personaje relevante tanto en la capital como en el país en general.
Y el hecho es que su reconocimiento no hace más que acrecentarse con el paso del tiempo. Según informa el Washington Post, hace unos días se convirtió en un auténtico héroe durante el tercer partido de la eliminatoria de primera ronda de los playoffs de la NBA entre los Washington Wizards y los Toronto Raptors. El afamado cocinero español era uno de los 20.356 espectadores que copaban el Verizon Center, donde es bastante habitual ver al asturiano en la zona vip durante los partidos del equipo capitaneado por John Wall y Paul Pierce.
Según relata el prestigioso diario, durante un tiempo muerto en la recta final del segundo cuarto, un joven espectador, aprovechando su asiento all you can eat (una especie de buffet libre de comida y bebida incluido en la entrada), se dirigió a solicitar una salchicha bratwurst.
Pocos instantes después, el aficionado de los Wizards comenzaría a dar síntomas de atragantamiento, tosiendo y expulsando algún resto de comida, alterando obviamente de inmediato la relativa calma en la zona vip ante un partido que ya comenzaban a dominar los de Washington. Tras recibir la ayuda baladí de una mujer sentada junto a él, la situación fue a mayor, y el joven comenzó a tener serios problemas respiratorios.
En ese momento, José Andrés acudió rápidamente en auxilio del aficionado. Se colocó por detrás de él, le abrazó, y le practicó la maniobra de Heimlich, a través de compresiones abdominales, que lograron hacer que el afectado expulsase completamente la salchicha y pudiera respirar con normalidad, evitando que la situación fuera a mayores y que terminara en una parada respiratoria.
La noticia ha creado un gran revuelo en el país de las barras y estrellas, donde el chef es toda una celebridad, y ya ha sido reconocido como un buen samaritano.