L D (EFE) La familia del deportista mejor pagado del mundo respira ya más tranquila. Tiger Woods, a sus 29 años y con nueve Grandes en su palmarés, da su primer zarpazo en St. Andrews tras mejorar en un golpe la primera anotación del único Abierto Británico de su palmarés ganado hace cinco años en este mismo links. Además, la angustia de Tiger por su madre Cultida ya pasó, después de que viviese de cerca, en un edificio en la acera contraria, el estallido de la bomba en el autobús londinense.
Tiger tuvo que detener su recital durante dos minutos. Fue justo el tiempo que duró el silencio que dejó mudo un abarrotado St.Andrews -30.000 espectadores- en memoria de las víctimas del ataque terrorista a Londres. Fue un silencio completo, solamente acompañado por el tintineo de las banderas a media asta contra sus mástiles de hierro y el graznido de las gaviotas. El homenaje se produjo en un típico día de verano en el litoral escocés. Bien aprovechado por Tiger y también por los cuatro españoles, pues han acabado bajo par y ello alienta la esperanza.
Olazábal ha sido el mejor con 68 golpes. Miguel Ángel Jiménez ha entregado una tarjeta de 69 impactos, Sergio García de 70 e Ignacio Garrido ha finazdo su recorrido con 71. El viento se presentó en St.Andrews y empujó a Txema Olazábal. Después acompañó el sol y Garrido desterró algunos fantasmas que le han agarrotado los tres últimos años. Más tarde también llovió con fuerza, y en esas condiciones fue Sergio García el que se arrugó, pues estropeó su -5 a partir del hoyo 12.
Con la vuelta al ruido y al juego, los golpes de Olazábal han sido también de los más compactos. El vasco, que se desenvuelve con soltura frente al viento, acabó sin errores. Sólo cayó en uno de los temidos bunkers y embocó cuatro birdies. Sergio García, uno de los candidatos al título, mostraba un semblante distinto. "La aparición de la lluvia me perjudicó. Cambió la velocidad de los greens y me desconcertó", decía el joven golfista de Borriol.
Empujado Txema y arrugado García, el viento no dejó de soplar, y con ímpetu como para que los caza-autógrafos tuvieran que asir con fuerza los billetes de cinco libras con el rostro de Jack Nicklaus al paso de este mítico golfista que podría jubilarse este viernes, el día del corte, a tenor de sus 75 golpes del jueves. La figura de Nicklaus, que mueve estos días más titulares en la prensa que el propio Tiger, ha producido también un gran alboroto. Decenas de caza recompensas pretendían que el Oso Dorado les firmase el billete, "su" billete de cinco libras, el más buscado en Escocia, que brazo en alto flameaban al viento.
Al margen del excelente trabajo tardío de Mark Hensby, el más cercano a Tiger Woods, la tercera plaza aparece repleta de jugadores -hasta diez- entre los que figuran además de Olazábal los significativos Retief Goosen y Luke Donald. Del grupo de candidatos, el surafricano Ernie Els y el estadounidense Phil Mickelson han demostrado que con sus 74 golpes el título se les aleja muy pronto en el horizonte.
Olazábal ha sido el mejor con 68 golpes. Miguel Ángel Jiménez ha entregado una tarjeta de 69 impactos, Sergio García de 70 e Ignacio Garrido ha finazdo su recorrido con 71. El viento se presentó en St.Andrews y empujó a Txema Olazábal. Después acompañó el sol y Garrido desterró algunos fantasmas que le han agarrotado los tres últimos años. Más tarde también llovió con fuerza, y en esas condiciones fue Sergio García el que se arrugó, pues estropeó su -5 a partir del hoyo 12.
Con la vuelta al ruido y al juego, los golpes de Olazábal han sido también de los más compactos. El vasco, que se desenvuelve con soltura frente al viento, acabó sin errores. Sólo cayó en uno de los temidos bunkers y embocó cuatro birdies. Sergio García, uno de los candidatos al título, mostraba un semblante distinto. "La aparición de la lluvia me perjudicó. Cambió la velocidad de los greens y me desconcertó", decía el joven golfista de Borriol.
Empujado Txema y arrugado García, el viento no dejó de soplar, y con ímpetu como para que los caza-autógrafos tuvieran que asir con fuerza los billetes de cinco libras con el rostro de Jack Nicklaus al paso de este mítico golfista que podría jubilarse este viernes, el día del corte, a tenor de sus 75 golpes del jueves. La figura de Nicklaus, que mueve estos días más titulares en la prensa que el propio Tiger, ha producido también un gran alboroto. Decenas de caza recompensas pretendían que el Oso Dorado les firmase el billete, "su" billete de cinco libras, el más buscado en Escocia, que brazo en alto flameaban al viento.
Al margen del excelente trabajo tardío de Mark Hensby, el más cercano a Tiger Woods, la tercera plaza aparece repleta de jugadores -hasta diez- entre los que figuran además de Olazábal los significativos Retief Goosen y Luke Donald. Del grupo de candidatos, el surafricano Ernie Els y el estadounidense Phil Mickelson han demostrado que con sus 74 golpes el título se les aleja muy pronto en el horizonte.