L D (EFE)Rijkaard ni quería darle pistas a su homólogo bético, Lorenzo Serra Ferrer, ni entrar en conflicto con asuntos polémicos como el estado del césped del Camp Nou o la situación de Javier Saviola en la plantilla, pero aparcó la prudencia que caracteriza su discurso.
"Creo que el ritmo de juego del equipo será todavía mejor el año que viene", manifestó el holandés cuando se le cuestionó sobre el lastre que podría suponer que apenas se haya reforzado la plantilla esta temporada.
El resto de la comparecencia de Frank Rijkaard fue parecido a un juego de despistes, en las que el técnico esquivaba cualquier pregunta comprometida y se limitaba, por lo que se refiere a la Supercopa, a elogiar al Betis, pero restando trascendencia a los resultados positivos que obtuvo la pasada campaña en sus enfrentamientos ante los azulgrana (2-1 en el Ruiz de Lopera y 3-3 en el Camp Nou), "porque eso fue el pasado año".
Rijkaard, sin embargo, no ha olvidado las dificultades que encuentra su equipo en campo bético, pero aseguró que la plantilla se toma esa complicación como "una motivación añadida".
De Javier Saviola, al que ha dejado fuera de la convocatoria para el partido, repitió una vez más que el problema lo tiene el jugador y aseguró que el club quiere ayudarlo. "Le deseo lo mejor", añadió.
El cambio de la mitad del césped del Camp Nou, con el tiempo muy justo para recuperarse a tiempo para el encuentro de vuelta de la Supercopa, que tendrá lugar el 20 de agosto, tampoco preocupa a Frank Rijkaard quien, interrogado sobre las consecuencias de un retraso en las previsiones actuales, recurrió para responder a su habitual optimismo.
"El problema sería para los dos equipos y, además, siempre hay que entrar al campo para hacer el trabajo por encima de las circunstancias", dijo. Rijkaard cumplirá ante el Betis cien partidos oficiales como entrenador del Barcelona, aunque al holandés no le interesan este tipo de registros, "porque lo único importante es que el equipo esté bien y que se gane".
"Creo que el ritmo de juego del equipo será todavía mejor el año que viene", manifestó el holandés cuando se le cuestionó sobre el lastre que podría suponer que apenas se haya reforzado la plantilla esta temporada.
El resto de la comparecencia de Frank Rijkaard fue parecido a un juego de despistes, en las que el técnico esquivaba cualquier pregunta comprometida y se limitaba, por lo que se refiere a la Supercopa, a elogiar al Betis, pero restando trascendencia a los resultados positivos que obtuvo la pasada campaña en sus enfrentamientos ante los azulgrana (2-1 en el Ruiz de Lopera y 3-3 en el Camp Nou), "porque eso fue el pasado año".
Rijkaard, sin embargo, no ha olvidado las dificultades que encuentra su equipo en campo bético, pero aseguró que la plantilla se toma esa complicación como "una motivación añadida".
De Javier Saviola, al que ha dejado fuera de la convocatoria para el partido, repitió una vez más que el problema lo tiene el jugador y aseguró que el club quiere ayudarlo. "Le deseo lo mejor", añadió.
El cambio de la mitad del césped del Camp Nou, con el tiempo muy justo para recuperarse a tiempo para el encuentro de vuelta de la Supercopa, que tendrá lugar el 20 de agosto, tampoco preocupa a Frank Rijkaard quien, interrogado sobre las consecuencias de un retraso en las previsiones actuales, recurrió para responder a su habitual optimismo.
"El problema sería para los dos equipos y, además, siempre hay que entrar al campo para hacer el trabajo por encima de las circunstancias", dijo. Rijkaard cumplirá ante el Betis cien partidos oficiales como entrenador del Barcelona, aunque al holandés no le interesan este tipo de registros, "porque lo único importante es que el equipo esté bien y que se gane".