España jugará la novena final de Copa Davis de su historia, la séptima en trece años. Ya espera la República Checa, del 16 al 18 de noviembre, en su casa. "Estamos muy contentos de poder sacar la eliminatoria adelante y estar en la final", ha dicho Marcel Granollers, que el pasado sábado, haciendo pareja con Marc López, perdió el partido de dobles ante los hermanos Bryan.
El héroe de la clasificación de España para la final ha sido David Ferrer, que este domingo lograba el punto definitivo (3-1) de la eliminatoria ante Estados Unidos, en Gijón, al vencer a John Isner en cuatro sets. Granollers no duda en elogiar a Ferru: "Es un grandísimo jugador, partido tras partido demuestra lo luchador que es".
Ahora esperan los checos, que acuden a esta final con ánimos de revancha tras el 5-0 que le endosó España hace tres años en el Palau Sant Jordi, lo que permitió a la Armada conquistar la cuarta Ensaladera de Plata de las cinco que tiene en su palmarés. "Los checos tienen un grandísimo equipo. Va a ser una final muy dura contra jugadores como Berdych y Stepanek, que forman una gran pareja. Además, nos pondrán una pista ultrarrápida dentro de los límites, pero están en su derecho", dice.
Lo cierto es que jugar en casa o fuera marca mucho en una competición como la Copa Davis, pero Granollers dice que hay que aceptarlo porque "así son las reglas".