Jack Sock tenía el punto perdido. A merced de Federer en la red, decidió darse la vuelta y mostrar su trasero. El suizo quedó en estado de shock y tiró la bola a la red.
El 26 de enero de 1997, Carlos Moyá se dirigió al público del Melbourne Park y espetó un "hasta Luego, Lucas", minutos después de haber perdido la final del Abierto de Australia contra Pete Sampras.
Golpe de genio del menudo tenista argentino (1,70 metros) ante el gigante estadounidense John Isner (2,08). La pena para él es que acabaría perdiendo el partido.