No era fácil, tuvo mucho mérito ganar y sobre todo es encomiable cómo ganó Rafa Nadal en la plaza de toros de Valencia ante Philipp Kohlschreiber. El número 1 del mundo regresó a las pistas y pese a ser tremendamente superior a su rival, sobre todo en tierra batida, la presión para un jugador que llevaba dos meses sin jugar un partido oficial era complicada de asumir con normalidad te llames Rafa Nadal o no.
Es cierto que la diferencia entre el número 1 del equipo español y el 2 de Alemania va más allá de dos meses sin competir o de la falta de ritmo que pueda tener el primero respecto al segundo, pero la derrota de David Ferrer ante Zverev colocaba sobre Nadal más peso en su mochila de favorito, sin embargo, ni tardó en readaptarse a la competición ni se le vio dubitativo al inicio. Rafa cogió la raqueta, se plantó en el ruedo y no dio nunca la sensación de haber estado parado desde el Open de Australia.
Nadal arrancó el partido fiel a su estilo: fue agresivo, arriesgó cuando debía y además lo hizo bien y desde el primer momento se le vio sumando el poderío de su revés cruzado a su siempre demoledora derecha. Kohlschreiber intentó detener el huracán español, pero fue muy consciente de que su única posibilidad pasaba por sorprender al inicio a Rafa y no lo hizo. El manacorí rompió el servicio de alemán a la primera opción que tuvo y pese a perder el suyo posteriormente acabó repitiendo el break para irse en el marcador y acabar posteriormente el set con un tanteo de 6-2.
En la segunda manga, Nadal tardó algo más en apoderarse de Kohlschreiber, pero la velocidad de crucero del español roza siempre el sobresaliente y para el resto de los mortales o superas la matrícula de honor durante todo el partido o no ves nunca la posibilidad de hacer mella en Rafa. A veces ni eso les sirve. Nadal repitió parcial de 4-1 y otra vez se llevó la manga por 6-2. El partido estaba bajo los mandos del español y los tiempos los marcaba él a su gusto.
Para rematar el choque, Nadal deleitó a la grada valenciana en el tercer set con varios puntos 'made in Rafa'.Son los puntos que le han conectado a la grada española desde sus inicios como tenista profesional. Pelotas imposibles a las que él llega y no sólo devuelve, las telegrafía para superar a su rival. A dicho puntos, Nadal sumó sus gestos y sus gritos. Esos que tanto se han echado de menos y que hizo durante todo el partido. Otro atisbo más de que ha vuelto totalmente enchufado.
La victoria de Nadal (6-2, 6-2 y 6-3) empató la serie ante Alemania dejando ahora los deberes sobre la mesa de la pareja de dobles con Marc y Feliciano López. El domingo, si todo va bien, Nadal intentará vengar a Ferrer cerrando el pase ante Alexander Zverev. ¿Lo más importante? Rafa Nadal ha vuelto.