El rey de la tierra batida ha vuelto y lo ha hecho en un torneo que él mismo ha catalogado como un campeonato con el que vive una "historia de amor". Esa descripción abre ampliamente el abanico de posibilidades ya que hay varias pistas y torneos que ‘aman’ a Rafa Nadal, pero en este caso hablamos de Montecarlo. Allí, el manacorí ha ganado en diez ocasiones.
En la búsqueda de su undécimo entorchado, Nadal se midió en segunda ronda al esloveno Aljad Bedene del que se deshizo con un partido muy serio y por la vía rápida. La Copa Davis de Valencia, donde Rafa pasó por encima de Philipp Kohlschreiber y Alexander Zverev, le ha servido al número 1 del mundo para llegar a Mónaco con las sensaciones de volver a jugar ya asimiladas y eso se notó en su primer partido en la pista Rainiero III.
Desde el primer momento, Rafa impuso su derecha y su potente revés cruzado y cuando ambas armas están afiladas, el rival baila al ritmo de Nadal. El manacorí rompió a las primeras de cambio el saque de Bedene y acabó el set ganando por 6-1 con mucha suficiencia.
En el segundo, el jugador esloveno reaccionó y mejorando la fiabilidad de su servicio igualó la contienda, sin embargo, Nadal recuperó el ritmo perdido entre la pausa de la primera y la segunda manga y el break que le dio el 4-3 fue definitivo. Rafa consolidó la rotura con el 5-3 y finiquitó el choque con el 6-3 final.
El partido dejó muy buenas sensaciones para Rafa Nadal que esquivó en su debut los problemas que otros favoritos como Alexander Zverev, Dimitrov o Thiem tuvieron en los suyos. El número 1 testó su tenis en el primer asalto del principado y ya piensa en su próximo rival, el ruso Khachanov.