Alexander Zverev es para muchos el sucesor natural del Big Four de leyendas formado por Roger Federer, Rafa Nadal, Novak Djokovic, estos de manera destacada, y también por Andy Murray, el único que les ha hecho frente en los últimos años. El tenista alemán, que cuenta sólo con 21 primaveras, lleva un par de temporadas con ese cartel de aspirante continuamente colgado sobre su figura, sin embargo, aún se le exige más de lo logrado. Otros gigantes a su edad ya habían obtenido más triunfos y en concreto más Grand Slams.
Zverev ha comenzado el año 2018 con la clara intención de cambiar su fama de jugador "que puede" a jugar "que va" a hacerse con el trono del tenis mundial. Sigue sin superar cuartos en ningún Grand Slam sumando su mal papel en el Open de Australia de principios de año, pero en el Mutua Madrid Open 2018, Alexander ha demostrado que tiene todo para hacerse con la corona. En la final, no sólo ganó sino que fulminó a DominicThiem por la vía rápida y dando la sensación de saber desde el inicio que el título iba a ser suyo. Fue un robot perfecto preparado para ganar con facilidad y sin apenas sudar para hacerlo.
El partido fue una bendición para Zverev y un calvario para Thiem. La tortura, eso sí, no duró mucho para el verdugo de Rafa Nadal en cuartos de final. El número 3 del mundo hizo con él lo que quiso y redujo todos los puntos fuertes de Dominic hasta convertir al austriaco en un juguete en sus manos. Con dos breaks, uno al principio de cada set, y manteniendo su saque como hizo durante todo el torneo en el que no cedió ni uno solo de los mismos, Zverev cerró el choque en poco más de una hora.
El torneo del teutón ha sido perfecto. Su saque fue soberanamente sólido aunque poner simplemente ese adjetivo se queda muy corto. Una sola bola de break en contra tuvo Alexander en todo el torneo y, por supuesto, la ganó. Madrid ya sabe lo que significa que el huracán Zverev toque la tierra batida de la Caja Mágica.
Próxima cita, Roma. Nadal querrá venganza. Zverev ampliar su racha sumando el trofeo italiano a los títulos este año en Múnich y Madrid. Thiem, por su parte, sigue sin ganar un Masters 1000. Todos tendrán sus cuentas pendientes. La magia sigue, pero lo hará ya fuera de Madrid.