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Rafa Nadal arrolla a Del Potro y alcanza su undécima final en Roland Garros

El balear gana por 6-4, 6-1 y 6-2 en dos horas y cuarto. El domingo luchará por su undécima Copa de los Mosqueteros ante Dominic Thiem.

El balear gana por 6-4, 6-1 y 6-2 en dos horas y cuarto. El domingo luchará por su undécima Copa de los Mosqueteros ante Dominic Thiem.
Rafa Nadal ya está en la final de Roland Garros. | EFE

No hay palabras para describir lo que Rafa Nadal está haciendo en la historia del tenis. Un año más, y ya van once, el balear se ha clasificado para la final de Roland Garros, en esta ocasión tras superar al argentino Juan Martín del Potro por 6-4, 6-1 y 6-2 en dos horas y 14 minutos.

Mariano Puerta, Roger Federer (en cuatro ocasiones), Robin Soderling, Novak Djokovic (dos), David Ferrer y Stanislas Wawrinka han sido los rivales de Rafa en sus diez finales en la tierra batida de París. A esa nómina se le suma ahora Dominic Thiem, el explosivo tenista austriaco de 24 años que está llamado a liderar el tenis mundial en los próximos años, junto con el alemán Alexander Zverev. Pero eso será, claro está, cuando Nadal y Federer cuelguen la raqueta.

De momento, Thiem ha alcanzado su primera final en un torneo de Grand Slam tras superar al italiano Marco Cecchinato, la revelación del torneo, en tres sets (7-5, 7-6 (10) y 6-1) y amenaza ahora el reinado de Rafa en París.

Esta tarde, en una pista Philippe Chatrier abarrotada, Nadal ha jugado ante Del Potro su mejor partido en lo que va de torneo. Después de dejar en el camino a jugadores como Richard Gasquet —su amigo francés a quien el balear siempre ha ganado—, Maximilian Marterer o El Peque Schwartzman, Rafa ha dado buena cuenta en esta ocasión del campeón del Abierto de Estados Unidos en 2009.

El pasado miércoles, ante Schwartzman, Nadal se dejó su primer set en el camino después de haber ganado 37 de manera consecutiva, quedándose a cuatro de haber igualado el récord de Bjorn Borg (41). Le vino de perlas el parón por la lluvia al balear: tras la interrupción y el aplazamiento al día siguiente, volvió a salir el sol en París y Rafa no tuvo piedad del Peque para citarse con otro argentino, Del Potro —el de Tandil se presentaba en la penúltima ronda del torneo tras ganar en cuatro sets al croata Marin Cilic—, con quien el español presenta ahora un balance de 10-5 tras su victoria en las semifinales de Roland Garros 2018.

Y es que el tenista de Manacor, a quien le queda un solo paso para levantar su undécima Copa de los Mosqueteros e igualar el récord de Margaret Smith Court —la australiana también se alzó con once títulos en un torneo de Grand Slam (Abierto de Australia) entre 1960 y 1973—, planteó un partido inteligente ante Del Potro al buscarle su revés, el principal punto débil del tenista de Tandil.

Rafa intentó alternar golpes paralelos y diagonales que hiciesen correr al número 6 del mundo, y todo le salió a la perfección. Sabedor de que los servicio de La Torre de Tandil (1,98 metros) son auténticos misiles, Nadal se tuvo que trabajar los puntos en los que le tocaba servir y esforzarse en el resto.

En el primer set la igualdad fue total. El argentino ganaba los juegos fácilmente apoyado en su saque letal, mientras que el español sudaba para lograr cada punto de su servicio. Del Potro podía haber cambiado el rumbo del encuentro si no hubiese desperdiciado hasta seis puntos de rotura, tres en el tercer juego y otros tres en el noveno. Feroz y concentrado, Rafa no desaprovechó la clemencia del rival para llevarse una reñida primera manga en la que, además de jugar a su oponente en el revés, le procuró puntos que le moviesen de un lugar a otro de la cancha.

En una de esas secuencias, Delpo se frenó en seco con un golpe que le pilló a contrapie y se quejó de su pierna izquierda. "Me he enganchado allá", se escuchó decir. Pidió a los médicos un analgésico. La contrariedad de la primera manga enojó al jugador sudamericano, que soltó unos cuantos improperios y tiró la raqueta contra la silla en el intervalo entre sets. Dentro de ese corpachón con aire de gigante bueno, hay también un tremendo competidor. Con su mirada implacable, el de Manacor alternó algo su plan inicial en la segunda manga. Siguió buscando el revés de Del Potro, pero procuró más las iniciativas del punto. Así evitó la castigadora derecha de su rival.

En la tercera manga, Nadal no bajó el pistón y sometió a duros golpes a su oponente, quien se marchará de este Roland Garros como cuarto del mundo, igualando el mejor puesto de su carrera logrado en 2014.

Ahora le toca en la final del domingo Dominic Thiem, el único jugador que ha sido capaz de batir a Nadal en arcilla, este mayo en los cuartos de final del Mutua Madrid Open (7-5 y 6-3). El austriaco, que debuta en una final del Grand Slam, se medirá a un contrincante que nunca ha perdido el partido decisivo por el título en la tierra batida de París. Allí, en la capital francesa, Rafa quiere seguir aumentando su leyenda, pero en esta ocasión tendrá enfrente un hueso duro de roer. ¿Llegará la Undécima de Nadal o la Primera de Thiem? El domingo, a partir de las 15:00 horas —si la lluvia no hace acto de presencia—, llegará la solución...

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