Rafa Nadal llevaba muchas semanas sin resentirse de sus problemas crónicos en el pie. El tenista balear sufre la enfermedad de Müller-Weiss, una dolencia degenerativa que consiste en una displasia del escafoides tarsiano, una deformidad de uno de los huesos situados en el medio pie y que es esencial para la movilidad del mismo.
En el duelo que disputó ante Opelka, los gestos de Rafa no eran los mejores. Tras el encuentro, él mismo confirmó que los dolores han vuelto: "Hoy fue un poco peor que otros días. Es cierto que en los últimos dos días el pie me ha estado molestando un poco más".
Tras ganar a Opelka, este jueves se mide a Kyrgios en cuartos de final en el que podría ser su último partido en pista dura. Indian Wells, un torneo que no gana desde 2013, será su último torneo en pista dura.
El propio Nadal reconoce que con las molestias de su pie, deberá seleccionar muy bien el calendario, por lo que no estará en Miami. Reaparecerá en Montecarlo, iniciando así los torneros de tierra batida.
Solo intento estar preparado y mantenerme positivo porque este va a ser mi último torneo en pista dura. Después vamos a ir a tierra y eso probablemente me ayude al pie. Necesitaré hacer el último esfuerzo y hacerlo tan bien como sea posible aquí. Ojalá el pie siga manteniéndose
Las alarmas se han encendido, pero el gran titán balear espera seguir firmando milagros que dejen a los propios médicos con la boca abierta.