
El serbio Novak Djokovic se ha impuesto al español Alejandro Davidovich, por 7-6 (4), 7-6 (5) y 6-2 después de tres horas y 36 minutos de partido, para alcanzar los octavos de final de Roland Garros. Fue un duelo muy igualado pese a decidirse en tres sets, dado el gran nivel que exhibió el malagueño, que llevó al límite al balcánico en las dos primeras mangas —de hecho, servía para haberse adjudicado la primera—, pero acabó claudicando en la tercera, donde Foki ya se vino definitivamente abajo.
La Philippe Chatrier recibía a los tenistas en una soleada jornada con menos viento que en días anteriores, aunque se veía incómodo al serbio, como en el partido ante el húngaro Fucsovics, contra el que pese a la victoria sufrió para encontrar su juego.
De inicio se encontró a un Davidovich respondón que trataba de cortar el ritmo con dejadas y de jugársela a la mínima que veía oportunidad. Mientras el malagueño era capaz de ganar sus saques sin problemas, al serbio le costaba más, salvando una bola de break en el tercer juego y cediendo finalmente su saque en el quinto. Nole, número tres del mundo, se recompuso rápidamente para recuperar la rotura, aunque necesitó tres bolas de break, en uno de los juegos más largos del partido. Le estaba pasando factura el maratón porque en el descanso entre juegos hizo gestos a su banquillo de estar sufriendo para respirar bien.
Davidovich dio un gran paso hacia el set, cuando con cinco iguales consiguió su segundo break del partido, pero cuando sacaba para cerrar el primer set, se le encogió el brazo y no fue capaz de poner el broche, dejándolo para el tie-break. Ahí fue donde Djokovic, con vida nueva, recuperó sensaciones y tras 90 minutos de batalla cerró la primera manga.
El inicio del segundo set, el tenista de Málaga entró mucho mejor, rompiendo el saque del balcánico sin contemplaciones, alternando un juego de dejadas y golpes ganadores al que su rival era incapaz de hacer frente. Eso sí, en el saque posterior del español volvió a recuperarlo, tras un juego larguísimo que acabó cayendo de su lado. El problema con las roturas lo propició que en uno de los lados el viento lateral afectaba sobremanera, lo que hacía muy difícil mantenerlos. Tanto que Djokovic se llevó el quinto juego del parcial, pero en el siguiente cometió tres dobles faltas que devolvieron la igualdad al marcador.
El momento clave del partido llegó con 6-5 para Davidovich, cuando dispuso de nuevo de la opción, de una bola de set para igualar el duelo, pero falló una derecha muy clara y de nuevo se decidió en el desempate, donde el serbio estuvo infalible y dejó el partido muy encarrilado pese a no tener su mejor día.
A Djokovic el desgaste se le hizo grande y necesitó del parón para el fisio, momento en el que tuvo un enfrentamiento, con gestos él y pitos la grada. La tensión del dos veces campeón en París se dejó notar, pero no le sacó del encuentro ni del camino en busca de su vigésimo tercer título de Grand Slam. En la tercera manga, Davidovich pagó el haber estado tan cerca de ganar el segundo y entró con mal pie, cediendo su primer saque y sufriendo mucho en cada juego. En el octavo llegó otro break que decantó definitivamente la balanza para su rival con un inapelable 6-2.
Novak se enfrentará ahora en busca de los cuartos de final al ganador del duelo entre el peruano Juan Pablo Varillas y el polaco Hubert Hurkacz.