Madison Keys es una de esas tenistas llenas de talento a la que la presión de los momentos clave le puede. La estadounidense, que tiene el honor de ser la tenista más joven en ganar un partido como profesional -con 14 años y 48 días-, nunca ha terminado de explotar.
Su carrera, tiene ya 28 años, está marcada por la irregularidad y los sinsabores. Pegadora nata, la búsqueda constante de ese golpe ganador es lo que marca su trayectoria. En los últimos meses se la ha visto una gran evolución que ella achaca a su mejora mental: "Estoy afrontando los partidos con muy buena mentalidad gracias a que he alcanzado un equilibrio emocional muy positivo. Antes mi nivel oscilaba mucho más durante un partido y me dejaba dominar por los nervios, lo cual hacía que me fatigara más y me costara mucho recuperar. Haber mejorado en eso hace que mi día a día haya sido más productivo y sea más peligrosa en competición para mis rivales".
También considera la tenista estadounidense que su nuevo entrenador, su pareja, Bjorn Fratangelo, le ha dado un plus muy importante sobre todo en el servicio: "Estoy consiguiendo concentrarme mucho más en el punto a punto y mejorar mi servicio muchísimo. Bjorn siempre me dice que si logro sacar a unos 194 km/h seré una jugadora invencible y poco a poco voy acercándome con mayor consistencia a esa cifra, pero también escogiendo de forma inteligente los efectos y direcciones. Sigo siendo una tenista muy agresiva, pero he encontrado esa velocidad que me permite ir hacia delante al coger la iniciativa, pero no precipitarme tanto como antes".
A pesar de haber alcanzado la madurez en su juego, mediáticamente sigue sin llamar la atención al no terminar de dar el paso definitivo para levantar algún gran título. En el US Open, Madison tenía una gran oportunidad. Se medía en semifinales a la bielorrusa Aryna Sabalenka. Tumbar a la actual número 2 del mundo le podría suponer el espaldarazo definitivo, tanto deportivo como para reivindicarse con la prensa, a su carrera. Era una oportunidad de oro.
Madison firmó un partidazo. Arrolló a Sabalenka en la primera manga (6-0) y en la segunda siguió con la misma dinámica. Tenía la victoria en su mano con 5-3 y servicio... pero falló. Se bloqueó y termino perdiendo 6-7 esa segunda manga y de nuevo en el tie break del tercer y definitivo set. Su sueño se vino abajo y Keys se desplomó en la rueda de prensa.
Todo el trabajo realizado en los últimos meses para conseguir lucir en un gran torneo se le había marchado de las manos por muy poco. Un palo terrible del que la buena de Madison tardará en recuperarse. A veces los trenes solo pasan una vez en la vida por tu puerta.