Respuesta: Sin duda todas las medidas aportan matices diferentes, pero quizás las que más incidencia tengan en la espectacularidad de las carreras sean el cambio de puntuación y los repostajes. También destacaría los cambios en la regulación de los test y la posibilidad de que corran el tercer piloto y el cuarto piloto. Para nosotros los españoles es importante, por la posibilidad de que ruede Andy Soucek. Este año los terceros pilotos podrán participar en las sesiones Q1 y Q2.
P: Se ha decidido eliminar los repostajes en carrera. ¿Cabe esperar que la estrategia se centre ahora en los neumáticos?
R: Sí, pero además de los neumáticos habrá otras cosas. Es decir, también se centrará en los frenos y en el talento de los pilotos. Primero, al no poder repostar, se produce una incidencia en el presupuesto de los equipos, de casi dos millones de euros anuales. Eran cuatro salarios, más las máquinas -de casi un metro cúbico y pico cada una-, que había que desplazar por todo el planeta. Sólo la reducción en nómina y en fletes son dos millones de euros anuales por equipo.
En segundo lugar, los coches al inicio de cada carrera tendrán una cantidad de peso adicional, por lo que frenos, neumáticos y embragues van a sufrir mucho. Por eso influye el talento del piloto. Porque deberá darse cuenta, y lo hará sobre todo cuanto más frío sea, pues al inicio de las carreras el coche da lo que da. Y si uno intenta hacer carrera y apurar frenadas al principio, probablemente destroce frenos y neumáticos, y sus posibilidades de obtener un buen resultado se reduzcan. Por otro lado, el comportamiento del coche va ir cambiando sustancialmente. A lo largo de la carrera perderá más de cien kilos. Será entonces, al final, cuando llegue la hora de la verdad y todos los pilotos tengan que luchar por la victoria.
Es decir, al principio de la carrera veremos pilotos que están llevando una política muy conservadora, lo que se convierte en un arma definitiva para el final de cada gran premio. Aunque todo depende de la suerte que tengas con los lances de la carrera. Habría que recordar aquella persecución de Michael Schumacher a Fernando Alonso en el circuito de Imola, en la que Fernando tenía un problema en su coche y Schumacher le iba comiendo un segundo y medio por vuelta. Si Fernando hubiera apretado un poquito, posiblemente habría roto su coche. Y tuvo la frialdad y el ánimo de dejar que se acercara el alemán.
Cuando lo tuvo detrás tampoco podía forzar el ritmo porque, si lo hacía, volvería a romper el coche. Pero el alemán tenía que intentarlo y no lo logró. Esto es un poco lo que va ocurrir este año. El que quiera correr, que corra. Pero cuando frenas con 200 kilos de más en una apurada, los frenos y las pastillas te van a explicar que duran lo que duran. Yo creo que va a ser más divertido.
P: Si el coche cambia por la pérdida de peso, ¿qué importancia tiene acertar con los reglajes, durante las paradas en 'boxes'?
R: Seguramente sea muy importante. La gasolina no está distribuida por todo el coche, está situada en aquellos puntos donde más le conviene al ingeniero, dentro de muy poco margen de juego. Estará situada en la parte trasera y central, y por eso los coches son un poco más largos este año. Pero, efectivamente, va a cambiar mucho la geometría, por lo que habrá que ir haciendo reglajes de suspensión cuando paren a cambiar neumáticos.
P: Siguiendo con los neumáticos, este año los pilotos que se clasifiquen para la Q3 tendrán que comenzar la carrera con las mismas gomas con las que se disputaron la parrilla. ¿Qué valor estratégico puede tener este cambio?
R: No sé qué resultado va a dar. Lo que sí creo es que se trata de una medida bien pensada y debemos darle un voto de confianza. Creo que va a servir para que haya que pensar en la totalidad de la carrera, mucho más este año, y no solamente sublimar una décima o una milésima de segundo para conseguir una mejor posición en la salida. Yo creo que la parrilla de salida va tener mucha menos incidencia, precisamente porque los coches van a ser distintos los que tomen la salida y corran las diez primeras vueltas, a los que corran las diez últimas. La parrilla tendrá menos importancia y también algunos equipos podrán tener su momento de gloria, jugándose la carrera.
P: En cuanto al nuevo sistema de puntuación, es parecido al que se usa en el Mundial de motociclismo. Puntúan más pilotos, hasta el décimo, y se prima la victoria más que con el sistema anterior. ¿Cómo debemos leer este cambio?
R: Durante los últimos años había una idea en la FIA, que yo nunca compartí, de que todos los campeonatos de las distintas modalidades tenían que tener el mismo sistema de puntuación. Esto es un error. ¡Quién mejor que los que organizan una competición para saber qué cantidad de puntos hay que adjudicar! Porque de los puntos depende en gran medida la espectacularidad. Si los puntos se reparten entre muy pocos, hay pilotos y coches que a lo mejor están quedando séptimos u octavos que jamás tendrán un punto. Si tenemos en cuenta que en la Fórmula 1, del reparto de puntos depende también el reparto de los derechos de televisión, es muy importante puntuar, o por lo menos aspirar a puntuar.
Gracias a Dios la FIA ha cambiado de criterios. Antes sólo puntuaban los seis primeros y la diferencia entre el primero y el segundo era tan sólo de dos puntos; es decir, era un 33 por ciento menos. Este año el primero obtendrá 25 puntos frente a los 18 del segundo. El ganador obtiene un 50 por ciento más de puntos. Esto es importantísimo. La victoria se prima mucho más que el año pasado. Un señor que hacía dos segundos, tenía una colecta mucho más importante que otro que hacía primero y cuarto. Es decir, la victoria no estaba primada. Con todos estos cambios, veremos unas carreras que tienen que tener una segunda parte muy emocionante, por la lucha de los puntos que ahora valen más.
Volviendo al ejemplo de Schumacher con Alonso en Imola... ¿por qué Schumacher no se la jugó con Alonso? Porque por dos puntos no iba a echar a perder ocho. Ahora por siete puntos de diferencia entre el primero y el segundo, quizás sí se la hubiese jugado. Es un poco triste pensar que pueda ganar el Mundial un señor que tiene muchos puntos pero que sólo ha vencido en una carrera. Y si usted multiplica ocho puntos por todos los grandes premios, le sale un campeón del mundo cada año.
P: Se le ve optimista...
Sí, estoy muy contento y estoy seguro de que vamos a pasarlo fenomenal. No debemos ser pesimistas con la normativa. Tenemos que pensar que los reglamentos de la F1 no los hace la FIA. Sólo los aprueban, pero proceden de la propia Fórmula Uno. Los equipos que participan en este mundo están respaldados por su fabricante, pero necesitan tener unos ingresos de publicidad astronómicos para sanear sus cuentas. Si sumamos derechos de televisión, publicidad y entradas, sólo haciendo un gran espectáculo que cada vez tenga mayor capacidad de atracción de público, entonces así se puede mantener la Fórmula Uno.
Cuando ellos cambian una coma del reglamento, se aprueba por unanimidad y pasa al Consejo Mundial. Nosotros no cambiamos nada. Aunque tampoco estamos autorizados a hacerlo si viene aprobado por unanimidad. Sólo cuando se impone a la Fórmula Uno que realicen alguna modificación sobre algún asunto y no lo hacen, entonces se les da un plazo y sí que se regula. Pero yo llevo 25 años en la FIA y sólo ha ocurrido una vez que la Federación Internacional haya llevado la iniciativa, concretamente hace dos años. Desde el Convenio de la Concordia -creo que del año 1982-, ha sido la Fórmula Uno la que se ha autorregulado con ese objetivo.
P: Se presenta un campeonato con muchos alicientes. Tres españoles en la parrilla, la vuelta de Michael Schumacher y la llegada de Fernando Alonso a Ferrari. ¿Qué puede esperar un aficionado de esta temporada?
R: Yo nunca pude soñar con que hubiera cuatro pilotos españoles en la competición. Además, cuatro pilotos españoles que tienen posibilidades de estar ahí, de hacer cosas. Fernando está en Ferrari y parece que el coche anda. Aunque las pruebas de invierno son un arcano, no hay que fiarse para nada de cómo y cuándo se hacen los tiempos. Pero lo que parece evidente es que Pedro Martínez de la Rosa tiene un coche que corre, que tiene un presupuesto muy limitado y que posiblemente sea mucho más favorable para que sus resultados brillen más al principio del campeonato que cuando éste vaya avanzando.
Va a ser muy bonita la lucha entre Fernando y Schumacher, no nos podemos engañar. Es el regreso del piloto alemán, en un coche alemán, con la estrella de Mercedes y con el mismo jefe de equipo que tuvo en Ferrari, Ross Brown, que es un genio.
Y luego tenemos también a Jaime Alguersuari, que está en un equipo tecnológicamente muy avanzado. Alguersuari sigue siendo el más joven piloto de la historia. Y sigue siendo el piloto que menos experiencia tiene en la Fórmula 1. Espero que este año pueda dar un paso más y pueda abrir el tarro de las esencias, porque las tiene. Finalmente, Andy Soucek ha sido la última incorporación a la parrilla. Estoy encantado porque es un magnífico piloto, muy rápido y es el campeón del mundo de Fórmula 2, no podemos olvidarlo.
Insisto, no creyéndome nada de los que hemos visto en la pretemporada, creo que entre Brawn (Mercedes GP), Red Bull, Ferrari y McLaren está el juego. Y probablemente por este orden.
P: Es imposible adivinar quién ganará el campeonato pero, ¿cuál es su quiniela a priori?
R: En primer lugar, creo que este año no lo vamos a pasar fenomenal. Mi quiniela es que ganará el campeonato del mundo Fernando (Alonso), que Pedro (Martínez de la Rosa) será subcampeón y que (Jaime) Alguersuari será tercero. Y si Andy (Soucek) tiene alguna oportunidad de correr alguna carrera, estoy seguro de que puntuará. Es lo menos que puedo decir como vicepresidente de la Federación Española, aunque creo que he hablado un poco con el corazón y no tanto con el cerebro. Lo que ocurre es que con el cerebro es un poco difícil hacer ahora un pronóstico. Si quiere hablamos el día 15 y una vez que veamos cómo se comportan los coches, a lo mejor podemos empezar a hacer quinielas. Esperemos que sea un año de gran emoción. Pero sobre todo de victorias, que es lo que crea afición.