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Boyer: "Si siguen bajando los salarios, al Gobierno sólo llegarán analfabetos"

El Gobierno se encontró este lunes con un inesperado aliado en Miguel Boyer, que declaró que sus últimas medidas son “valientes y ajustadas”. Además, ante la petición de ajuste del gasto de los altos cargos, pidió que no se bajen los sueldos para que no lleguen “analfabetos” al Ejecutivo.

El Gobierno se encontró este lunes con un inesperado aliado en Miguel  Boyer, que declaró que sus últimas medidas son “valientes y ajustadas”.  Además, ante la petición de ajuste del gasto de los altos cargos, pidió  que no se bajen los sueldos para que no lleguen “analfabetos” al  Ejecutivo.

Boyer, ministro de Economía y Hacienda entre 1982 y 1985 durante la primera legislatura de Felipe González, rechazó la posibilidad de volver a ocupar la cartera de Economía aunque el presidente del Ejecutivo, José Luís Rodríguez Zapatero, se lo pidiera, por su edad y a causa del sueldo de los ministros. "Si se siguen bajando los salarios o manteniendo los que hay ahora en la alta administración, pronto sólo llegarán los analfabetos a la dirección del Gobierno", aseguró.

"No se trata de equiparar los sueldos a los de los presidentes de bancos, pero sí de que los ministros principales y los directores generales pueden tener una remuneración del orden de un subdirector de una empresa cualquiera", precisó el ex ministro, quien argumentó la postura en su intención de no desanimar a los jóvenes en la carrera política. No obstante, Boyer abundó en que no volvería a situarse al frente de la economía española, pese a que el cargo estuviera muy bien pagado y pudiera mantener a su familia, ya que tampoco tiene la edad de estar en "la brega cotidiana" y de sufrir más de lo que ya sufrió en otros tiempos.

El ex ministro respaldó también las medidas de ajuste "valientes y justadas" puestas en marcha por el Ejecutivo y la reforma laboral en curso, al tiempo que solicitó que se retrase la edad de jubilación "en función del aumento de la edad media de los españoles".

En un desayuno organizado por Nueva Economía Fórum, Boyer aseguró que "hay que asumir ajustes muy duros que van a ralentizar el ritmo de la recuperación", porque la prioridad es "reducir el déficit y estabilizar la deuda pública", aunque advirtió de que, paralelamente, "los gobiernos deben estar atentos para no generar inflación ni pérdidas de puestos de trabajo".

La reforma laboral: única salida viable

Respecto a la reforma laboral, y en la línea seguida por el Gobierno, el ex ministro apostó, "como la única salida viable", por "incentivar el contrato de fomento de la contratación indefinida" y llevar a cabo una "transición paulatina" gracias a acuerdos colectivos, renegando de las iniciativas "simplistas" que pretenden conseguir inmediatamente un sólo contrato.

Boyer, que abordó la cuestión de la edad de jubilación, defendió retrasarla "en función del aumento de la edad media", ya que "sería una tragedia estar mano sobre mano a partir de los 65 años cuando cada vez se vive más". En este sentido, consideró adecuado "haber llevado la cuestión al Pacto de Toledo" y abogó por referenciar la cuantía de la prestación a los años de trabajo.

Además, preguntado por las principales reformas estructurales a afrontar, el ex ministro incidió en la mejora de la formación de los trabajadores y en la renovación del sistema educativo secundario como pilares para el cambio de modelo productivo.

A nivel financiero, Boyer destacó "lo crucial del momento actual" y la relevancia de no restringir el flujo de crédito. "Si los bancos centrales no consiguen calmar a los inversores que apuestan a la bajo ni a los prestamistas, el euro y el tipo de cambio común se tambalearán", indicó.

La depreciación del euro

El ex ministro se mostró "encantado con la depreciación de la moneda única frente al dólar" y, "sin ser partidario de Trichet", alertó de la amenaza que supondría el nombramiento del actual presidente del Bundesbank como máxima autoridad en la dirección del Banco Central Europeo.

El ex ministro respaldó igualmente la aplicación del Plan E, explicó que un impuesto sobre la banca y las operaciones financieras no tendría sentido en España al repercutir en los clientes y confesó que, de haber sabido que el país se recuperaría en un plazo de tiempo no muy extenso, hubiera dejado caer Rumasa por sí sola.

Finalmente, Boyer pronosticó que "España no caerá en una planicie", como no lo ha hecho en los últimos 50 años, porque "no existen motivos para pensar que los servicios y la industria no se recuperarán" y gracias al nivel de los directivos y los responsables de las empresas.

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