WOLDER es una de las casi 700 empresas españolas que operan en China. Opera en el sector de la electrónica aplicada al automóvil. Produce remolques, aunque se consolidó en la fabricación de DVD´s portátiles. Ahora tiene previsto el lanzamiento de un e-book o libro electrónico.
Su presidente, Ricardo Garrudo, decidió establecerse hace 3 años en Cantón (Guandong) con la idea de reinventarse y conquistar nuevos mercados. Ricardo es también vicepresidente de la Fundación DENAES (Defensa de la Nación Española). LD ha conversado con Garrudo en China para conocer, desde su propia experiencia personal, los secretos de un mercado que se antoja estratégico a medio-largo plazo.
Pregunta (P): ¿Qué oportunidades han identificado en China para decidir la internacionalización de su empresa?
Respuesta (R): China no es sólo mano de obra barata. En China se fabrica el 95% de la electrónica de consumo del mundo. Han desarrollado un know how que les permitirá ser competitivos incluso cuando aumenten los salarios.
Están aprendiendo a producir con calidad en todas las industrias. Este año están saliendo más ingenieros chinos de las universidades que estadounidenses. Una vez que adquieran el conocimiento de Occidente van a desarrollar sus propios productos (ahora China es la fábrica del mundo, pero las patentes suelen ser extranjeras). Y este proceso no va a parar.
China no pierde el tiempo en estupideces, como España, que todavía está queriendo definir su identidad. Ellos van en la misma dirección. Obviamente, la falta de libertades aquí hace que su sistema no sea homologable al nuestro. Pero en términos económicos es un país centrado que avanza con unidad. Ellos vienen de muy atrás, pero a nivel económico están tomando posiciones estratégicas en un mundo globalizado y cada vez más competitivo.
P: ¿WOLDER produce en China para exportar a España? ¿Produce en China para vender en China? ¿Produce en España para vender en China?
R: Ahora fabricamos en China para vender al mercado español. En el futuro queremos fabricar en China y, desde España, vender a otros mercados internacionales. Fíjate, los holandeses son reyes del comercio mundial y no producen muchas cosas, pero se mueven por todo el mundo y aprovechan como pocos las llamadas economías de escala.
Aquí en China, como he dicho, hay una mano de obra barata, pero las calidades son extremadamente competitivas. Sin embargo, tienen un punto débil: aún son muy flojos en lo relativo a redes de distribución, marketing y venta. Hay corporaciones que, con apoyo del Gobierno, sí están desarrollando esto, pero la PYME china está todavía a años luz de poder vender en los mercados internacionales.
Ésa es la parte que controlamos nosotros. Ellos producen y nuestra empresa vende los productos al resto del mundo. Ésta es la estrategia.
P: ¿Qué pasos ha seguido usted para venir a China?
R: Cada uno tiene sus propios métodos, pero mi filosofía empresarial pasa siempre por simplificar las cosas al máximo. Nuestra empresa es una PYME con 25 empleados en España. Yo había estado en China antes, pero un buen día decidí venir aquí con vistas a establecernos como empresa.
Acudí a la Cámara de Comercio española y pregunté por los trámites para interesarme. Pregunté por despachos de abogados. Ellos me orientaron perfectamente sobre todos los trámites a seguir. Francamente, lo liquidé todo en muy poco tiempo. No me ha costado más que hacerlo en España.
Desde allí, por el desconocimiento, puede parecer un proceso farragoso, ero como máximo responsable de mi empresa decidí venir, hacerlo todo personalmente, preguntar, actuar y, al final, hemos establecido WOLDER sin ningún problema.
P: ¿Es indispensable acogerse a programas públicos de internacionalización para montar una pequeña o mediana empresa en China?
R: Eso es mucho peor. No lo aconsejo. Cuando uno cree que necesita esas ayudas las acaba necesitando. Y si encima no son válidas, el proyecto termina fracasando antes de empezar.
Quiero hacer un matiz. Sí es cierto que la cultura empresarial china es diferente. Aquí hay que tomar en consideración el factor cultural para hablar sobre los precios, plazos de entrega y calidad. Un ejemplo. En China existe una situación empresarial conocida como "romper la barrera del precio".
Si un alemán vende su producto a 10 euros pero yo sólo estoy dispuesto a pagar 9 no hay venta salvo que uno de los dos ceda. Con los chinos es diferente. Si ellos venden a 10 euros y yo sólo digo que quiero pagar 9, pueden cerrar la venta sin ningún problema.
En este caso concreto, la sorpresa viene cuando entregan menos unidades de las pactadas o productos con una calidad menor. En la cultura empresarial española esto se consideraría una estafa. Pero los chinos entregan justo lo que pagas. Si pagas 9 por un producto que vale 10, vas a recibir algo peor.
Es uno de los muchos detalles que se deben conocer cuando vienes aquí. Hay empresas consultoras establecidas en China que te pueden ayudar a entender esto. Yo sí las recomiendo. Ellas te ayudan a operar.
Para establecerse en China no es recomendable acudir a programas públicos. Sin embargo, para trabajar aquí sí conviene tener algún tipo de asesoría porque es preciso aprender. Nosotros, con la experiencia que tenemos en China, nos hemos diversificado también y ofrecemos servicios de consultoría a otras empresas.
P: ¿Qué prejuicios traía de España cuando estableció la empresa en China?
R: La calidad. Vine con el prejuicio equivocado del "todo a 100". Aquí puedes encontrar los mejores productos. Todo depende del precio que quieras pagar.
Si quieres pagar el máximo en China tendrás la mejor calidad. El secreto es que, comparado con los costes en otros países, son mucho más bajos. Aquí está la verdadera oportunidad. Hay mano de obra a buen precio. Pero es que, además, el capital humano está cada vez mejor formado. Las expectativas se han cumplido. Quizás no a la velocidad que uno hubiera querido. Aquí las cosas llevan su propio ritmo y debemos aprender a tener paciencia.
P: Entiendo entonces que el balance global de su experiencia en China es positivo...
R: Como consecuencia de la crisis provocada por Zapatero calculo que nuestros resultados empresariales serían del -30%. Gracias al proceso de externalización que hemos llevado a cabo estamos superando los malos tiempos con una facturación-beneficios del +15%.