El presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, afirmó el martes que tanto él como su socio en Air Comet, Gonzalo Pascual, están haciendo todo lo posible para salvar esta compañía aérea, hasta el punto de que "han hipotecado sus casas". (Volver)
Freefait dijo el día 29 de Octubre de 2009 a las 12:56:53:
Lo mismo que los funcionarios tienen la fama que tienen siendo en general mentira porque las administraciones no funcionaban y a alguien le interesaba que las culpas recayeran sobre el eslabón más debil y sobre todo crearles animadversión del ciudadano por si se les ocurría cualquier tipo de sublevación (lease gobiernos socialistas). Los empresarios españoles se han ganado a pulso la fama de especuladores, golfos, vividores de las subvenciones, sobornadores de póliticos,abusadores de los trabajadores,estafadores de impuestos (IVA y otros),evasores de divisas etc, etc. así que ahora cada palo que aguante su vela. Por eso aquí nadie quiere oir hablar del despido libre, porque lo que en otros paises es buena idea y sirve para dinamizar la economía y viene bien incluso a los propios trabajadores,aquí en España en la mayoría de los casos solo serviría para la perpetración de abusos (incluidos los sexuales) hacia los trabajadores que tendrían que tragar de todo (que de hecho hoy por hoy ya hay quien tiene que soportar los desmanes de sus patronos)para poder conservar sus puestos de trabajo.
noldor dijo el día 28 de Octubre de 2009 a las 10:33:42:
Es que eso hacen los verdaderos empresarios o "entrepreneurs". Coger una idea en la que creen, propia o ajena (tener una idea de producto o servicio que satisfaga alguna necesidad general o particular de algún nicho de mercado), invertir su propio dinero para ponerla en marcha, invertir el propio esfuerzo desarrollarla, innovar, tomar decisiones,... etc.
Si va bien, se recogen los frutos en forma de beneficios, y se distribuye una parte entre el conjunto de la sociedad (trabajo-salarios, tributos, politicas sociales activas de la empresa,...). Pero si va mal, se afrontan las pérdidas con el patrimonio personal y, llegado el caso, se baja la persiana a la espera de otra nueva oportunidad.
Aquí no es la norma, pero en otros países con mas cultura empresarial, el verdadero empresario, cuando ha culminado un proyecto con éxito (posee una empresa que desarrolla de forma óptima su labor, obtiene beneficios y se encuentra en posición aventajada frente a la competencia,...), es habitual que se desentienda del mismo, desinvierta su capital, o parte de el, y se embarque en nuevos proyectos en los que intuya posibilidades de éxito.
Lamentablemente, aquí los empresarios-comisionistas, están acostumbrados a funcionar con las subvenciones, a trabajar bajo la política de "máximo rendimiento y mínimo esfuerzo", No se prima la calidad del producto/servicio, por que aquí el mercado es cuasi-oligopolista, y tampoco se premia la excelencia. El que logra ser líder de un sector, se dedica a intentar mantener el flujo de beneficios y a dormitar en los laureles de un engañoso éxito.
Es un mal estructural que nos aqueja, pero lo tenemos implantado en los genes, que le vamos a hacer (como diría el maestro armero).