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El pinchazo de la burbuja inmobiliaria y el elevado gasto vacían la caja del Estado

El Estado se queda sin dinero. En lo que va de año, la caja ha perdido casi 40.000 millones de euros, debido a los compromisos electorales del Gobierno y al hundimiento de los ingresos tributarios. El inmobiliario es uno de los sectores que sostenía la capacidad de gasto público, pero el pinchazo de la burbuja ha reducido las entradas de dinero. Los ingresos fiscales que generaba el ladrillo se han reducido un 50% en 2008 (20.000 millones). El déficit público alcanza ya el 1,31% del PIB.

El sector inmobiliario seguirá en crisis en 2009
La inversión hotelera caerá un 45%
La compraventa de pisos cae un 31%
El Estado se queda sin dinero. En lo que va de año, la caja ha perdido casi 40.000 millones de euros, debido a los compromisos electorales del Gobierno y al hundimiento de los ingresos tributarios. El inmobiliario es uno de los sectores que sostenía la capacidad de gasto público, pero el pinchazo de la burbuja ha reducido las entradas de dinero. Los ingresos fiscales que generaba el ladrillo se han reducido un 50% en 2008 (20.000 millones). El déficit público alcanza ya el 1,31% del PIB.
LD (L. Ramírez) El Ministerio de Economía registró hasta agosto un déficit fiscal  de 14.368 millones de euros en términos de contabilidad nacional, equivalente al 1,31 por ciento del PIB. Si se tiene en cuenta que al cierre del pasado año las cuentas de las Administraciones Públicas gozaban de un superávit de más de 23.368 millones de euros, la pérdida (medida en falta de ingresos y aumento de gastos) se sitúa en el entorno de los 38.000 millones de euros.
 
Atendiendo solamente al déficit estatal, que cerró 2007 con un superávit de 13.518 millones de euros, los datos de ejecución presupuestaria presentados hoy por el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, reflejan una huída de dinero cercana a los 17.900 millones de euros, debido, al hundimiento del mercado inmobiliario.
 
Y es que, tal como revela el último Pulsómetro Inmobiliario que elabora cada año el Instituto de Práctica Empresarial (IPE), “la confirmación de la caída de la actividad constructora en 2008 repercutirá en el PIB, el desempleo y en la merma de la financiación pública, pasando de los 40.000 millones de euros que ingresó el Estado por este concepto el pasado año, a los 20.000 millones al cierre del presente año”.
 
El cambio de modelo productivo que ahora pregona el vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes, tras cinco años de pasividad a la hora de adoptar medidas que reduzcan la exposición de la economía española a los vaivenes del sector inmobiliario y a la evolución de la demanda interna, se producirá –si finalmente el Ejecutivo lo lleva a cabo- en el peor momento de la última década.
 
Presupuestos "más restrictivos"
 
El sector inmobiliario ha generado, en los últimos ocho años, unos ingresos para la Administración Pública superiores a los 200.000 millones de euros en concepto de impuestos, tasas, transmisiones patrimoniales y aprovechamientos urbanísticos, “estimándose una disminución del 40 por ciento para el cierre de 2008”, explica el informe del IPE. Por tanto, la economía española se enfrenta al duro reto de cambiar el modelo de crecimiento justo cuando caen los ingresos tributarios.
 
Las cifras de Hacienda no dejan lugar a dudas. La recaudación del Impuesto de Sociedades cayó un 29,6 por ciento hasta agosto, mientras que los ingresos por el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) se desplomaron un 15,8 por ciento y la recaudación por IRPF bajó un 0,5 por ciento.
 
Hasta el Impuesto sobre Hidrocarburos se redujo un 3,8 por ciento, que Solbes atribuye a la reducción del consumo debido al encarecimiento del combustible en los últimos meses.
 
El secretario de Estado de Hacienda reconoció que “estamos registrando unos ingresos menores de los esperados”, por lo que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2009, serán “más restrictivos” que lo anunciado por el Gobierno el pasado junio. La intención de Economía era aumentar el gasto público un 3,5 por ciento el próximo año, porcentaje que subiría hasta el 4,5 por ciento si se incluyen las prestaciones por desempleo.
 

 
El PP propone un incremento del 2 por ciento. Ambas formaciones (socialistas y populares) quieren elevar el gasto público por encima de la tasa de crecimiento del PIB, que el Gobierno cifra en el 1 por ciento para el año que viene.
 
Así, la falta de previsión del Ejecutivo sobre los ingresos y gastos de este año es un hecho constatado. Los pasados PGE estuvieron influidos por las elecciones generales del pasado marzo, y el Gobierno planteó un escenario idílico de crecimiento que, hasta hace pocas semanas, aún seguía defendiendo.
 
Posteriormente, la campaña electoral, con promesas de gasto (entre las que destacan la devolución de 400 euros del IRPF, el cheque-bebé, y otras medidas sociales), así como el aumento de las prestaciones por desempleo como consecuencia del aumento del paro, han terminado de finiquitar la caja del Estado.
 
La crisis del ladrillo ya empezó a notarse en 2006
 
Y esta falta de previsión no está provocada por la falta de indicadores económicos. Como recuerda el director general del IPE, Marcial Bellido-Muñoz, “en 2006 y mucho antes de que los españoles oyéramos hablar de la crisis de las hipotecas basura (subprime) en EEUU”, los indicadores “venían anticipando un cambio de tendencia claro en el sector inmobiliario español”.
 
A este respecto, Bellido-Muñoz explica que la intervención del mercado inmobiliario, con la Ley del Suelo de la ex ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, que restringía la salida de suelo urbanizable al mercado e imponía cuotas mínimas a los promotores para hacer vivienda protegida, lejos de solucionar los problemas del sector, lo han terminado de hundir.
 
“Por razones que nada tienen que ver con la estabilidad de los mercados financieros, nuestros políticos, todos, decidieron que había que hacer bajar el precio de la vivienda, a toda costa, y para ello plantearon reformas legislativas que, entre otras, imponían cuotas mínimas de promoción de viviendas de protección, a las que se limitaba el precio de venta", indica Bellido Múñoz".
 
"La traducción, por parte del mercado al que se dirigía el mensaje, fue posponer la decisión de compra esperando que dichas promesas se hicieran realidad. Motivo suficiente para desajustar bruscamente un mercado al límite del equilibrio”, explica el director general del IPE.
 
Menos ingresos el próximo año
 
Y las previsiones no son optimistas, según el informe del IPE la actividad inmobiliaria no se recuperará hasta que la economía no vuelva a crear empleo, lo que no sucederá, al menos hasta 2010. Por lo tanto, el Gobierno sólo tiene dos vías para elevar su capacidad de gasto, endeudarse más o subir impuestos, tal como avanzó LD.
 
De momento, el Tesoro está intentando colocar en el mercado deuda pública española con escaso éxito. El diferencial del bono español con respecto al alemán es el más alto de la historia reciente debido al mal momento por el que atraviesa la economía nacional, con déficit del Estado, paro y, lo que es más preocupante, sin ningún sector que pueda paliar los efectos recaudatorios del derrumbe de los que, hasta ahora, habían sido los pilares de las cuentas españolas: la demanda interna (el consumo) y la construcción.

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