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¿La puntilla para una economía enferma?

El PIB japonés podría caer un 13% en términos absolutos y la duda es saber cuánto tiempo tardará el país en volver a crecer.

El PIB japonés podría caer un 13% en términos absolutos y la duda es saber cuánto tiempo tardará el país en volver a crecer.
Dos supervivientes contemplan la ciudad de Minamisanriku, arrasada por el tsunami que devastó el pasado 11 de marzo el noreste de Japón | Efe

La economía japonesa ha sido una constante fuente de preocupación para los expertos desde hace más de una década. Desde finales de los años 90, el crecimiento nipón ha estado siempre rondando el 1-2% del PIB, lo que le ha convertido en uno de los países desarrollados más estancado. Los sucesivos gobiernos japoneses han intentado infinidad de planes de estímulo para su economía y el Banco de Japón ha mantenido los tipos cerca del 0%, sin embargo, nada de esto ha funcionado.

Curiosamente, la crisis no había golpeado tan duramente las finanzas niponas. El PIB creció un 3,9% en 2010, gracias al vigor de sus exportaciones, pero cayó en el último trimestre del año (un 1,3% interanual) debido a la subida del yen, que afectó en este periodo a su comercio. Ahora, tras el terremoto, el temor en los mercados japoneses es que se trunque esta mínima recuperación. ¿Será la puntilla para un país que estaba todavía convaleciente?

Hasta un 13% de caída total del PIB

El principal problema para Japón es la destrucción que ha provocado el terremoto. Algunos economistas, anclados en el dogma keynesiano, defienden que este tipo de catástrofes, aunque dañinas en el terreno humano, puede ser beneficiosas en el campo económico.

El problema es que lo que marca la riqueza de una nación no es sólo el crecimiento del PIB, al igual que lo que establece la de una familia no es sólo lo que gana a lo largo del año sino también la suma de sus bienes. Igual que sería absurdo decir que una persona es más rica al día siguiente de que se le queme la casa porque tenga una subida de sueldo, la destrucción de capital (riqueza) de este terremoto será difícil de recuperar por los japoneses en el corto plazo.

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Crecimiento del PIB de Japón (Fuente: Econompic Data)

Según cálculos de la entidad francesa BNP, el terremoto y el posterio tsunami podría engullirse hasta el 13% del PIB japonés. Se trataría de una pérdida de riqueza brutal, más aún para una economía que ya sufrió un desplome muy importante en 2008 y 2009, como consecuencia de la crisis económica internacional. Además, el impacto en el crecimiento podría situarse en el entorno del 3%, según BNP, coincidendiendo así con las previsiones elaboradas por la OCDE. Esta fotografía dejaría muy poco margen para el optimismo: por un lado, una enorme pérdida de riqueza neta; por otro, un descenso de la capacidad de sobreponerse a este golpe.

En el lado positivo, hay que tener en cuenta que la industria japonesa es bastante flexible, lo que le permitiría acomodarse a las cambiantes circunstancias y llevarse a otras regiones la producción que no sea posible sacar adelante en las prefecturas más afectadas que, además, no son las que tienen mayor peso en la industria nacional.

Las cuatro regiones más dañadas suman el 6-7% del PIB japonés. Barclays calcula, basándose en estas cifras y en función del coste de terremotos pasados -como el de Kobe en 1995-, que el coste directo de los daños podría ascender a 15 billones de yenes, un 3% del PIB de todo el país -más de 100.000 millones de euros-.

Otro problema adicional para el país asiático es que el Estado tiene muy poco margen de maniobra, aunque esto puede tener su lado positivo ya que, en teoría, podría limitar la capacidad de los gobernantes de embarcarse en carísimos e inútiles planes de estímulo público. No obstante, la deuda pública japonesa supera el 200% del PIB, por lo que una reducción en los ingresos proveniente de una catástrofe como esta podría tensar la cuerda hasta llegar a una situación insostenible para los mercados.

El desastre de Kobe y las buenas noticias

Casi todas las previsiones que se están haciendo en los últimos días utilizan el terremoto de Kobe, que tuvo lugar en enero de 1995, como el mejor ejemplo de lo que puede ocurrir ahora. En aquel desastre, se perdieron cerca de 120.000 millones de dólares, el 2,5% del PIB japonés de la época. Ahora, se piensa que los números serán algo peores.

Sin embargo, aquella experiencia también permite sacar las conclusiones más optimistas. La economía japonesa se recuperó con relativa rapidez de aquel seísmo y volvió a la senda del crecimiento en pocos meses. De hecho, JP Morgan ha revisado a la baja las perspectivas de crecimiento en el país en los dos primeros trimestres del año, pero al mismo tiempo ha revisado al alza (hasta el 4% y el 2,5% respectivamente) sus estimaciones para los últimos seis meses del año. Y es que, el mejor sostén para el país debe ser su capacidad de mejora y la excelencia de su industria, que en apenas tres décadas llevó al país al segundo puesto de la economía mundial tras la destrucción, la ruina y la pobreza causada por la II Guerra Mundial.

En la Bolsa de Tokio, la reacción inmediata al terremoto fue de pánico, con dos sesiones en las que su índice principal -el Nikkei- perdió cerca del 17%. El miércoles, sin embargo, la bolsa nipona rebotó con fuerza, con una mejora del 5,68%, aunque habrá que estar muy atentos a las próximas jornadas para saber si se consolida esa tendencia. Ahora, la preocupación de los mercados se centra en la crisis nuclear de Fukushima.

Tras el seísmo de Kobe, el mercado de Tokio perdió un acumulado del 25% en seis meses, aunque un par de años después ya había recuperado (de sobra) todo el terreno perdido.

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Bolsa de Tokio tras el terremoto de Kobe

Por último, la pregunta es cuánto supondrá la crisis japonesa en el conjunto de la economía mundial. Los cálculos de los analistas sitúan la cifra en el 0,5% del PIB global, aunque el impacto en el crecimiento general será aún menor. En este sentido, también influye el crecimiento de otras economías en la última década. Japón sumaba más del 15% del PIB mundial en 1994, mientras que ahora apenas supera el 8%.

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Contribución de Japón al PIB mundial

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