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La política monetaria de EEUU, centro de las críticas ante la cumbre del G20

A dos días de que comience la cumbre del G20 en Seúl, las economías desarrolladas y emergentes aparecen divididas ante las políticas de divisas que adoptan países clave para la recuperación mundial como China y Estados Unidos.

Los anfitriones surcoreanos indicaron que buscarán compromisos para que la cumbre de Seúl, los días 11 y 12, evite una "guerra de divisas", mientras arrecian las críticas a EEUU por no favorecer un clima de consenso con sus últimas medidas monetarias. La decisión de la Reserva Federal estadounidense de inyectar 600.000 millones de dólares al sistema financiero mediante un programa de compra de bonos ha elevado objeciones en el seno del G20, porque facilita la depreciación del dólar.

La medida, anunciada la semana pasada, ha sido recibida con críticas de emergentes, como China o Brasil, e incluso la Unión Europea (UE), que no creen que permita avanzar en el debate sobre un crecimiento equilibrado. "Hay una mayor preocupación por las diferencias sobre las políticas de divisas de algunos países, pero se intentará recortar distancias para avanzar en un marco de crecimiento estable que incluya directrices", indicaron a Efe fuentes del comité organizativo del G20.

Estados Unidos, el más crítico hacia la política china de mantener el yuan bajo para no perder competitividad exportadora, está recibiendo estos días acusaciones similares de los países del G20 por el anuncio de la Reserva Federal. China, Brasil y la Unión Europea han recordado que esas iniciativas alimentan el mismo ciclo de desequilibrios que se intentará combatir en la cumbre de Seúl.

Ma Delun, vicegobernador del Banco Central chino, dijo que la medida de la Reserva Federal "aumenta el riesgo de desequilibrio económico mundial y puede provocar la formación de burbujas en otros países" como los emergentes.

Acabar con los desequilibrios

Los negociadores surcoreanos quieren que la cumbre de Seúl marque el inicio de "un proceso que acabe con los desequilibrios" que se están registrando en la salida a la crisis, según indicó hoy en rueda de prensa el principal responsable, Sakong Il. Seúl podría conformarse con un acuerdo de principios que marque el camino hacia un crecimiento más estable y compartido, como reza el eslogan de la cumbre.

EEUU, el primer consumidor mundial, quiere que su necesaria creación de empleo se nutra de la demanda de emergentes como China, llamado a consolidarse como segunda economía mundial pero que aún sigue primando a su sector exportador frente a la demanda interna.

"La opinión general de los miembros es que se debe evitar manipular artificialmente las divisas, como ya se vio en los progresos alcanzados en la reunión de ministros de Finanzas de Gyeongju" del mes pasado, indicó otro portavoz oficial surcoreano. El ministro de Finanzas japonés, Yoshihiko Noda, dijo que en Seúl se deben acordar "líneas indicativas" para acabar con los desequilibrios comerciales, pero recordó que cada país tiene estructuras diferentes.

Sin límites a los desequilibrios

Lo que Corea del Sur ya descarta, vista la oposición en las reuniones preparatorias, es que se establezcan límites numéricos a los desequilibrios comerciales, como proponía EEUU, con el objetivo de evitar grandes volúmenes de superávit y déficit.

La canciller alemana, Angela Merkel, indicó en una entrevista publicada por el diario Financial Times que la propuesta estadounidense de limitar las balanzas por cuenta corriente es simplista, ya que "no es solo cuestión de tipos de cambio, sino de competitividad".

Merkel también reiteró su apoyo a una de las líneas en la que se alcanzó consenso en Gyeongju, que se permita que los tipos de cambio se regulen por el mercado y reflejen la fortaleza de cada economía, mientras abogó por convencer a China de que permita apreciar el yuan con hechos pero sin presiones.

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