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La promesa del G-20 se diluye: La crisis impulsa el proteccionismo comercial

Del dicho al hecho hay un trecho, y más si las promesas proceden de los políticos. Pese a que los líderes del G-20 prometieron en Washington defender el libre comercio, muchos países han endurecido sus barreras comerciales desde entonces.

La UE denunciará el Buy American de Obama
Del dicho al hecho hay un trecho, y más si las promesas proceden de los políticos. Pese a que los líderes del G-20 prometieron en Washington defender el libre comercio, muchos países han endurecido sus barreras comerciales desde entonces.
LD (M. Llamas) La cumbre de Washington que tuvo lugar el pasado noviembre y que reunió a los mandatarios que componen el G-20 concluyó con un compromiso claro a la hora de afrontar la grave crisis financiera y económica mundial: Rechazar el proteccionismo y defender el libre mercado.
 
Sin embargo, dicha promesa no se está cumpliendo a la vista de los datos. Desde entonces, son muchos los gobiernos que apuestan por levantar barreras comerciales e imponer trabas más estrictas a la importación de productos extranjeros con el fin ilusorio e irreal de proteger sus respectivas economías.
 
Indonesia ha impuesto licencias especiales y nuevas tasas a la importación de 500 productos foráneos. Rusia aumenta los aranceles sobre la compra de automóviles, aves de corral y carne de cerdo. El Gobierno francés de Nicolás Sarkozy pretende lanzar un fondo estatal para evitar la adquisición de grandes empresas francesas por parte de compañías y fondos de capital extranjeros.
 
Asimismo, Argentina y Brasil estudian elevar los impuestos a los vinos importados y los productos textiles procedentes del exterior. India también ha gravado con un nuevo arancel próximo al 20% la importación de algunos aceites de soja con el fin de proteger a los agricultores nacionales, e incluso estudia aumentar los aranceles sobre otro de aceite de cocina fabricados en el exterior. Por su parte, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, animó a los ciudadanos a dejar de consumir productos extranjeros para fortalecer el comercio nacional.
 
Más aranceles y trabas a la exportación
 
A ello se suma el subsidio que el Gobierno de EEUU ha aprobado para salvar de la quiebra a las grandes empresas de la automoción. Además, el nuevo plan de estímulo económico elaborado por el equipo de Barack Obama incluye una cláusula Buy American por la que tan sólo el acero nacional podrá ser empleado en las obras públicas financiadas por el Estado.
 
Precisamente esta medida ha levantado duras críticas en el seno de la Unión Europea (UE), hasta el punto de que la canciller alemana Ángela Merkel amenaza con denunciar el proyecto ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). Las reacciones se suceden al tiempo que los distintos gobiernos apuestan abiertamente por el proteccionismo comercial.
 
La UE estudia denunciar a EEUU
 
Así, el gobierno chino amenaza con acudir igualmente a la OMC ante la prohibición de importar juguetes chinos promulgada por India, según informa este miércoles el periódico oficial China Daily. Esta medida del gobierno de Nueva Delhi fue anunciada el pasado 23 de enero y tiene una vigencia de seis meses, con el objetivo de proteger a los fabricantes locales de la competencia china, mucho más barata.

Analistas económicos aseguraron que se trata de otra medida más dentro de la escalada proteccionista de muchos gobiernos ante el impacto de la crisis económica y financiera mundial. "La prohibición no podrá parar el curso. India está condenada a perder en el tribunal de arbitraje de la OMC si el gobierno chino decide acudir", aseguró el director de la consultoría legal Allbright Law Firm, radicada en Pekín. Las importaciones de juguetes chinos suponen el 50% de las ventas al por menor del mercado indio, con un valor estimado de más de 500 millones de dólares (384 millones de euros), según los datos de 2007, informa Efe.
China se enfrenta a India

La industria juguetera china produce cerca del 70% del total mundial, con un sector ubicado en su gran mayoría en las provincias del sur del país y también afectado por la recesión mundial. En los últimos meses, China sufrió otros casos de proteccionismo en sus exportaciones -principal locomotora de la economía-, como la decisión de la Unión Europea (UE) de aplicar aranceles en las piezas de tornillería de acero o la medida estadounidense de gravar las importaciones chinas de neumáticos y otros elementos del automóvil.
 
Sin embargo, el Gobierno de Pekín no se queda atrás. Las autoridades chinas han prohibido la importación de productos con mantequilla de cacahuete de 11 compañías de EEUU, a raíz de la muerte de siete personas en Norteamérica presuntamente por consumir galletas con ese ingrediente infectadas con salmonella. Según la información del diario China Daily, entre las empresas afectadas se encuentra la multinacional Kellogg y la Peanut Corporation of America (PCA), esta última la principal empresa investigada en EEUU por un caso que ha producido al menos 500 intoxicaciones en 46 estados de ese país y Canadá.

La mantequilla de cacahuete contaminada procedía de una fábrica de PCA en el estado de Georgia (sureste de EEUU), y el caso motivó la retirada de unos 400 tipos de productos de varias compañías a las que abastecía la empresa en Norteamérica. En los últimos años, han sido sobre todo productos chinos -entre ellos leche y derivados, juguetes, pastas de dientes y caramelos- los que fueron retirados de mercados en todo el mundo, incluyendo EEUU, por contener sustancias tóxicas.
 
El riesgo de una segunda Gran Depresión
 
De este modo, las medidas anticrisis basadas en el proteccionismo comercial amenazan con imitar los graves errores cometidos por los gobiernos de todo el mundo durante la Gran Depresión de los años 30. Y es que, las restricciones impuestas al comercio mundial entonces con el objetivo de proteger de la competencia internacional a las industrias de los distintos países agravaron las consecuencias de crisis económica. De ahí que algunos destacados economistas, como Carlos Rodríguez Braun, teman la llegada de una segunda Gran Depresión.
 
En este sentido, el primer ministro australiano, Kevin Rudd, descartó este miércoles como solución a la crisis financiera el proteccionismo económico, que calificó de "puñal al corazón de la economía" y al sector del comercio. Rudd se pronunció así sobre la nueva iniciativa Buy American que tramita el Senado de EEUU. De seguir por esta senda, el compromiso del G-20 se quedará en agua de borrajas en breve.

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