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ABRÓCHENSE LOS CINTURONES

Nadie presta a los bancos españoles: "El peor momento desde la quiebra de Lehman"

La desconfianza de los inversores en la economía española alcanza el mayor grado de la historia desde la creación de la eurozona. Nadie quiere prestar dinero a empresas y bancos españoles, sobre todo después de que la UE diga públicamente que no cree las cuentas públicas de Salgado para 2011.

La desconfianza de los inversores en la economía española alcanza el mayor grado de la historia desde la creación de la eurozona. Nadie quiere prestar dinero a empresas y bancos españoles, sobre todo después de que la UE diga públicamente que no cree las cuentas públicas de Salgado para 2011.

Estaba cantado, pero no por ello deja de ser noticia. Los inversores internacionales han decidido cerrar el grifo del crédito a los bancos y las empresas españolas, lo que pone a nuestro país en una situación de máxima tensión. Sin el dinero exterior las entidades no pueden sobrevivir, ya que tienen que pagar lo que deben a los acreedores que han financiado el crecimiento de la economía española en los últimos años.

Pero ¿por qué sucede esto? Principalmente por dos razones. El primer factor es el aumento de la desconfianza en la solvencia de la economía española, en la capacidad de Zapatero para hacer las reformas prometidas y en la propia palabra del presidente del Gobierno y de toda su cohorte de ministros, que llevan falseando cifras y mareando la perdiz desde hace tres años.

Esto provoca que la prima de riesgo (el diferencial entre el bono español a 10 años y el alemán) siga disparándose y situándose en máximos históricos día tras día, lo que supone un aumento del coste de financiación, tanto para el sector público como para el privado. Al final llega un momento -como el actual- en el que los inversores dejan de prestar a las empresas a un interés asumible, lo que se traduce en cierres y despidos.

El segundo factor es la morosidad oculta en los balances de los bancos y cajas de ahorros, derivada del pinchazo de la burbuja inmobiliaria y que ha sido maquillada con la ayuda del Banco de España, dirigido por el Gobierno. Ahora la vicepresidenta económica lo admite y pide "transparencia", lo que aumenta las dudas de los mercados, que se dan cuenta de que Elena Salgado no siempre dice la verdad. Es más, dudan de que alguna vez lo que diga sea cierto.

Todo ello lleva al diario Expansión a asegurar que "el mercado se cierra otra vez a empresas y bancos: se paralizan las emisiones de deuda internacionales y la prima de riesgo sube a 267 puntos". Es "el escenario más complicado para la financiación del sector privado español desde la caída de Lehman Brothers".

Y los malos pronósticos de Bruselas echan más leña al fuego. La Comisión Europea descubre la falta de acierto del Ejecutivo español en las estimaciones de crecimiento para el año que viene y rebaja a la mitad las pretensiones españolas. "Bruselas no cree a Zapatero y cuestiona el crecimiento y recorte del déficit", señala el diario. La UE dice que España crecerá un 0,7%, y el Gobierno cifra la subida en el 1,3%.

Otro de los diarios salmón, el del Grupo Prisa, sigue viendo fantasmas en cada movimiento de los inversores y pintan un escenario en el que los malvados especuladores atacan a los países de la eurozona, cuyos sufridos gobiernos intentan sacudirse la dictadura de los mercados. Lo peor es que todavía hay muchos que se creen esta visión de película de serie B.

En concreto, Cinco Días abre su portada con un titular demoledor: "El acoso al euro se desboca: el ataque de los mercados se extiende a Italia y a Bélgica, Bruselas prevé una menor reducción del déficit que Moncloa: la prima de riesgo española se dispara y el Ibex cae otro 2,3%".

El tercero en discordia, El Economista, también destaca que "Bruselas exige a España más ajustes al dudar de que cumpla con crecimiento y déficit". Sin embargo la noticia que abre su edición de este martes es la decisión del inquilino de La Moncloa, que ha apartado al ministro de Industria de su entorno cercano y ya prepara su caída: "Zapatero encarga a Salgado cerrar el Pacto de Energía y no a Sebastián".

El diario explica que "el presidente del Gobierno ha encargado a la vicepresidenta Salgado que cierre el Pacto de la Energía, algo que el ministro de Industria, Miguel Sebastián, lleva intentando con escaso éxito desde julio. La pérdida de peso político del titular de Industria se acentúa así tras la reunión del sábado con los 37 empresarios (a la que Sebastián no fue invitado)".

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