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Pánico en el mercado ante la posibilidad de que Irlanda necesite la ayuda del FMI

La calidad de la deuda de Irlanda ha caído como consecuencia del gasto público y del derrumbe del sector inmobiliario. Incluso, un miembro del Gobierno ha señalado la posibilidad de que el FMI tenga que acudir a su rescate, como en el caso de Islandia. Los paralelismos con España son escalofriantes.

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La calidad de la deuda de Irlanda ha caído como consecuencia del gasto público y del derrumbe del sector inmobiliario. Incluso, un miembro del Gobierno ha señalado la posibilidad de que el FMI tenga que acudir a su rescate, como en el caso de Islandia. Los paralelismos con España son escalofriantes.

LD (L. Ramírez / M. Llamas) La agencia de calificación Standard & Poor's (S&P) ha recortado la calificación de deuda soberana de Irlanda de “estable” a “negativa”, debido al aumento de las presiones financieras y al deterioro de los sectores clave en la economía del país como el inmobiliario y de la construcción, lo que ha provocado que las miradas se dirijan inevitablemente hacia España ante los paralelismos entre el sistema económico de ambos países.

De hecho, y aunque el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, desautorice a la agencia de calificación, S&P está pensando rebajar también la calidad de la deuda pública española por el abultado déficit que registrará la economía ibérica en 2009, con unos Presupuestos del Estado profundamente definidos por el aumento del gasto público en un entorno de recesión, caída de los ingresos fiscales y con todos los sectores en plena recesión.

Para introducir más leña en el fuego, el máximo responsable del sistema de la Seguridad Social en Irlanda (Public Service Executive Union), Dan Murphy, considera que podría darse una situación de desplome de las finanzas públicas que requeriría la actuación del Fondo Monetario Internacional (FMI). El salvamento del sector financiero del país ha generado un agujero en las arcas públicas de difícil solución.

Esta declaración de intenciones ha provocado un enorme revuelo en los mercados, ya que la cadena de televisión irlandesa RTE dijo en su página web que esta declaración la había realizado el primer ministro de irlanda, Brian Cowen; lo que fue desmentido posteriormente por el Gobierno del país.

No obstante, el hecho de que Murphy anticipara la posible intervención del FMI provocó un descenso en la cotización del euro y, lo que es más importante para Irlanda, un aumento del coste de su deuda pública, dificultando aún más el plan de rescate de su sistema financiero. En concreto, el diferencial del bono irlandés respecto al alemán (el que se utiliza como referencia en Europa) se sitúa en 175 puntos.

Irlanda fue el primer país europeo en entrar en recesión, y las perspectivas para 2009, según revela el boletín económico del Gobierno del país publicado este mes, el futuro no es más alentador:

PIB de Irlanda

 

Precisamente, el aumento del coste de las emisiones de deuda está pasando también factura a España. Tras admitir el vicepresidente económico del Ejecutivo, Pedro Solbes, que el déficit público superará el 3% (máximo permitido en la UE), los mercados también han castigado la rentabilidad de los bonos, situando el diferencial en los 100 puntos básicos.

Las "ovejas negras" de la eurozona son, de esta forma, Irlanda y España, a la que ahora se suma Grecia, que también sufre la rebaja de la calificación de su deuda.
 

Deuda estatal (en porcentaje del PIB)

IE: Irlanda/ ES (España)

Y todo ello sin mencionar la deuda externa, Irlanda es el país que, en relación al PIB, tiene mayor déficit exterior acumulado del mundo (tras Mónaco), con un 960%. En España, en cambio, esta tasa ronda el 80%, lo que da cierto margen de maniobra al Gobierno de Zapatero.


Dos países y un destino: la explosión de la burbuja

Las similitudes entre el patrón de crecimiento irlandés y el español son más que notables. Ambos países han basado su expansión económica en el siglo XXI en el desarrollo del sector del ladrillo, alimentado por los bajos tipos de interés, y ahora, con la explosión de la burbuja inmobiliaria, los dos Estados se enfrentan a un panorama desolador. Aunque Irlanda ha basado también su boom en la Investigación y el Desarrollo (I+D), lo que en España brilla por su ausencia.

Según datos de la Comisión Europea, en Irlanda, los impuestos vinculados al sector inmobiliario representaron el 15% de los ingresos fiscales en 2006, mientras que en los ocho primeros meses de 2008, ese porcentaje se redujo al 8%. Aunque la tasa de paro del país es muy inferior a la que se registra en España:

Tasa de desempleo de Irlanda (en %)


Asimismo, los niveles generales de deuda del Gobierno irlandés se incrementaron sustancialmente entre 2007 y 2008, pasando del 16% del PIB al 40% actual. Esta cifra es muy inferior al límite que establece el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) de la UE (del 60% del PIB), aunque la velocidad a la que ha crecido el peso de la deuda en la economía irlandesa ha encendido las alarmas de las agencias de calificación.

Precisamente, S&P señala que "la perspectiva negativa refleja nuestra visión sobre la posibilidad de una nueva rebaja si las medidas fiscales puestas sobre la mesa para recapitalizar los bancos e impulsar la economía fracasan". Irlanda despidió 2008 con un abultado déficit presupuestario de 12.700 millones de dólares, frente a los 1.620 millones de 2007.


España: la recesión más acusada desde 1959

En el caso español, las cosas no son mucho mejores. Los analistas consultados aseguran que una rebaja en la calificación de la deuda de España sería dramática ante la elevada emisión de bonos el Gobierno tendrá que realizar este año para financiar los diferentes planes de estímulo económico anunciados y ante los 90.000 millones de deuda que pueden emitir los bancos con aval del Estado.

En España, el ladrillo se hundió un 41,5% al cierre de noviembre en términos interanuales y los visados de obra nueva retorcieron un 47,6% respecto del año anterior. DE hecho, la crisis inmobiliaria española supera la de los años 90. El hundimiento del sector ha generado un desplome de las afiliaciones a la Seguridad Social y el presupuesto para pagar las prestaciones por desempleo se ha agotado.Hasta el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, admite que los Servicios Públicos de Empleo (el antiguo INEM) han quebrado.

Lo peor, sin embargo, es que el ladrillo, en su caída, está arrastrando a toda la economía española, que se enfrenta, al inicio de 2009, a la recesión más acusada desde el Plan de Estabilización de 1959. La crisis financiera internacional -con el estrangulamiento del crédito- ha hecho el resto, ya que España depende del ahorro exterior para crecer. Un 10% de lo que se consume en España requiere de préstamos de países extranjeros.

“Yo nunca había visto nada parecido”, asegura un experto en coyuntura que desde hace más de 35 años escudriña a diario todos los indicadores macroeconómicos del país”, unas veces dentro de la Administración y otras fuera, lo que le ha permitido observar de cerca las cuatro recesiones que ha vivido la economía española desde el fin de la autarquía franquista (1975, 1978-79, 1981 y 1993).

Una característica común de las anteriores recesiones, como sostiene el Servicio de Estudios de la Caixa, ha sido su duración: entre 9 y 12 meses, es decir que han sido “relativamente breves”. Por debajo de lo que han durado en  el resto de las economías de la OCDE. La economía española es, por lo tanto, una de las que menos tiempo ha estado en recesión en los últimos 40 años, según aseguran los economistas de la Caixa.

Por su parte, la producción industrial está cayendo al 15,1% -una tasa jamás alcanzada por la economía española-; las ventas de las grandes empresas (las que facturan más de 6 millones al año) retroceden un13,2%; el comercio al por menor (deflactado) se ha hundido un 8%; la matriculación de turismos, nada menos que un 47,8%, pero es que en el caso de los vehículos de carga el desplome es del 65,9%.

El desempleo registrado crece al 46,9%, mientras que la Seguridad Social ha perdido el 4,3% de todos sus afiliados a lo largo de 2008: más de 840.000 trabajadores que cotizaban hasta el pasado 31 de diciembre, han dejado de hacerlo.

Y el sistema público de protección social terminó con la senda virtuosa iniciada en 1997. Desde entonces, siempre había crecido más el número de cotizantes que de pensionistas, lo que había permitido elevar a 2,71veces el número de activos respecto de los pasivos; pero en 2008 se ha quebrado esa tendencia. Hasta 2,60 veces (el mínimo se alcanzó en 1996, cuando la relación se hundió hasta 2,06 trabajadores en activo por cada pensionista).
 
Se da por descontado que el mercado laboral continuará deteriorándose hasta bien entrado 2010, y aunque la economía comience a adquirir algo de tono a partir del último trimestre de 2009, no parece probable que hasta dentro de 2 ó 3 años vuelva a recuperar tasas de creación de empleo suficientes para cubrir la entrada de nuevos pensionistas (en torno al 2% anual). 


Deuda para financiar el déficit

A España e Irlanda sólo le queda la vía de la deuda para financiar los déficits galopantes que registrarán en 2009, pero si las agencias de calificación rebajan la calidad de la misma tendrán serios problemas para obtener fondos. Si se analiza el rescate bancario, Irlanda ha comprometido el 38,8% de su PIB, mientras que en España la tasa alcanza el 14,3%. Si se incluyen el resto de medidas “anticrisis” de Zapatero, el porcentaje escala al 30%.

Las familias están sobreendeudadas como consecuencia del coste hipotecario, las empresas carecen de crédito para seguir su actividad y el Estado da el poco dinero que tiene a los bancos a tipos de interés preferentes para que estos, en lugar de dar créditos, compren a su vez deuda pública, cerrando así el círculo.

Y, en contra de lo que defiende el Gobierno español, todos los analistas internacionales sabían que esto ocurriría en España y en Irlanda. Como ejemplo se puede citar el informe de American Express Funds que en febrero de 2007 avisaba del crash en estos países.

Otro de los organismos -en este caso nacional- que avisaba de la llegada del lobo era el Banco de España, cuando era gobernador Jaime Caruana, que dedicaba un apartado en cada boletín mensual a advertir de los riesgos de la sobrevaloración de los inmuebles y sus consecuencias en la economía.

La falta de previsión del Ejecutivo español ha provocado que la situación ahora sea dramática. El FMI aseguraba en su informe del pasado octubre que España sufrirá una recesión más dura que el resto de países europeos . Mientras, las estimaciones de Solbes apuntan a un crecimiento del 1% en 2009. No hay peor ciego que el que no quiere ver.

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