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JUNTO A ITALIA

Roubini: España está a la cola de la recuperación económica en la UE

De todos es sabido que España lidera la cola en la recuperación económica. Mientras que Francia y Alemania muestran los primeros signos positivos, España no parece levantar cabeza, a pesar de los infructuosos intentos del Gobierno para estimular la economía.

Junto a España, Italia sufre algunos problemas similares, como diversos desequilibrios estructurales, y nos acompaña en el grupo de los rezagados de Europa.

Estas conclusiones se desprenden de un reciente boletín informativo de la casa de análisis RGE Monitor, que dirige el economista Nouriel Roubini, donde se realiza una descripción de los datos más relevantes de la coyuntura económica -del segundo trimestre de 2009- de los países más importantes de la Eurozona.

Para estos analistas y la mayoría de economistas, los datos positivos de Francia y Alemania, con un crecimiento trimestral del PIB de 0,3% en ambos países, en fuerte contraste con la contracción del 3,5% de Alemania y del 1,3% de Francia en el anterior trimestre, representaron una grata sorpresa.

Aunque se esperaba que fueran estos dos países quienes lideraran la recuperación, dados sus menores desequilibrios internos y su propensión al crecimiento cíclico, no se esperaba que se diera con tanta rapidez y alcance. También ha sorprendido el hecho de que, según los últimos datos, la Eurozona -con una contracción en el segundo trimestre del 0,1%- vaya por delante de Estados Unidos -con caída del 0,25%- en la recuperación.

Sin embargo, habría que ser cautos al analizar los datos y extraer conclusiones demasiado optimistas. Esto se debe a que algunos de los factores de esta expansión del PIB consisten en medidas de estímulo de gasto público y restitución de inventarios, ambos elementos de carácter temporal y de corto plazo. Por ello, los analistas apuntan que las señales de un aumento sostenido en el volumen de comercio internacional deben tomarse como provisionales.

Los matices del Francia y Alemania

Respecto a Alemania, el rebote en los indicadores de producción en el segundo trimestre se debió al consumo, no sólo público sino, especialmente, privado, apoyado por una baja inflación y por el programa gubernamental “Cash for Clunkers” (Dinero para cacharros), destinado a ayudar a la industria automovilística mediante subvenciones de 2.500 euros a quienes reemplacen su coche viejo por uno nuevo.

Además, la inversión creció al 0,8% en términos trimestrales tras una caída de más del 7% en el primer trimestre; las exportaciones cayeron, pero a un ritmo inferior; y se continuaron produciendo reducciones drásticas en los inventarios. Importante para esta aparente fortaleza de la economía alemana han sido las reformas por el lado de la oferta y sus esfuerzos de equilibrio presupuestario que ésta llevó a cabo a partir de 2003, introduciendo la necesaria flexibilidad para ajustarse rápidamente a cambios y shocks externos.

Sin embargo, el modelo productivo de Alemania continúa siendo muy dependiente de la demanda cíclica externa. Así, tal y como avanzó LD, hay dudas y matices importantes acerca de los buenos datos alemanes: la crisis bancaria y restricción crediticia continúan, y otros elementos que contribuían al incremento del PIB .como las ayudas a la compra de automóviles (el programa Cash for Clunkers) o el aumento de la demanda externa de China- parecen tener que agotarse en breve.

La otra economía que entró en el terreno del crecimiento positivo fue la francesa, con un modelo de crecimiento menos dependiente de la demanda externa y con mayor peso de la demanda doméstica. Los datos positivos se debieron principalmente al aumento de las exportaciones, la menor caída de la inversión, y medidas fiscales de corto plazo.

Asimismo, la amplia red de seguridad social del país ha tenido su papel positivo al servir de “estabilizador automático”. A pesar de que parte del sector empresarial predijo recientemente una importante caída en la inversión, el Índice de Gestión de Compras (PMI) en agosto se colocó por encima de 50 puntos, lo que sugiere un panorama positivo para el sector manufacturero.

Como puntos débiles, los analistas destacan la mala situación del mercado laboral y una probable reducción del poder de compra de los franceses a medida que la inflación vaya aumentando, especialmente en los precios de la energía.

Italia no despega

En Italia las cosas no parecen haber mejorado, y su economía sigue contrayéndose, aunque a un ritmo inferior que en el anterior trimestre. Los analistas de RGE Monitor explican estos hechos debido a problemas estructurales relacionados con la falta de dinamismo y unas cuentas públicas poco equilibradas, lo que explica el escaso margen de maniobra para introducir medidas fiscales de estímulo. La caída del índice PMI en agosto corrobora los problemas estructurales de Italia y su incapacidad para participar plenamente en la recuperación económica.

España acompaña a Italia en la cola de rezagados de la zona euro, también con importantes desequilibrios estructurales y excesivo apalancamiento, que evitan que nuestra economía pueda unirse al grupo del crecimiento positivo de Francia y Alemania.

Al igual que Italia, el Índice de Gestión de Compras no repunta, y el consumo privado y la inversión se reducen. Sin embargo, aunque los datos oficiales del PIB no contabilicen al ahorro como un elemento positivo, éste ha aumentado notablemente, señal del necesario proceso de reajuste de los hábitos de los españoles en lo que se refiere al consumo y ahorro.

España, rezagada

Pero el cáncer de la economía española es su mercado laboral, cuya tasa de paro alcanza ya el 18,5%, más del doble de la media europea. Esta situación amenaza con poner el freno sobre el consumo privado en un futuro inmediato, y ha sido calificada por algunos como una injusticia social debido a su ineficiencia y rigidez.

Para salir de ésta, advierten los analistas, España necesita recuperar su competitividad dentro de la Eurozona, para lo que es necesario aumentar la productividad si no se quiere sufrir un prolongado proceso de estancamiento. El problema, sin embargo, es que la economía española ha perdido competitividad en el último año, según el ránking mundial que elabora el Foro Económico Mundial sobre este ámbito.

La responsabilidad de este desempeño divergente de la economía española respecto a las demás economías de la Eurozona, sin embargo, no debería achacarse solamente a un gobierno inepto e incapaz de llevar políticas económicas sensatas como el socialista.

Las causas de la crisis van más allá de las dos legislaturas de la Administración Zapatero, ya que la burbuja inmobiliaria y de crédito se fraguó años antes, y fue en España donde sufrimos una burbuja de mucha mayor intensidad que en otros países.

Por ello, la caída y ajuste de nuestra economía será más doloroso y largo que en el resto de economías. Además, tampoco el Gobierno del Partido Popular llevó a cabo reformas estructurales en el mercado laboral, con el fin de darle la flexibilidad que ahora tanto se echa en falta.

No obstante lo anterior, es indudable que las actuaciones de este Gobierno no hacen nada para facilitar la recuperación económica, sino todo lo contrario. Se trata de solucionar una crisis de excesiva deuda mediante mucha más deuda, desoyendo las advertencias de analistas acerca de la insostenibilidad del déficit público. Asimismo, ahora se busca tapar los agujeros fiscales subiendo los impuestos, en lugar de recortar partidas superfluas del gasto. ¿Se podría haber hecho peor?.

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