La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, muy cuestionada en los últimos tiempos, ha sido la encargada de hacer un esquema con los recortes de altos cargos. Según el diario Público, aún no estaba cerrado este jueves por la noche. El problema, la resistencia de muchos ministros a que sus organigramas fueran modificados. De hecho, fuentes cercanas al Ejecutivo ni siquiera daban por seguro que se fuera a aprobar este viernes, como estaba anunciado, aunque finalmente sí ha salido adelante: se eliminarán 32, menos de un diez por ciento del total.
El diario, el más cercano al Ejecutivo hoy por hoy, habla de un "intenso debate" y apunta que "han surgido muchas tensiones" en el seno del Gobierno. El plan fue anunciado en febrero y estaba prevista su aplicación para hace un mes. De la Vega, como encargada del diseño, ha tenido que hablar con cada ministro, que ha opuesto una "natural resistencia" ante los cambios, según Público. Cuenta que ha habido contraofertas en una negociación que ha sido ardua.
Aunque el Gobierno se haya esforzado en restarle importancia, uno de los motivos de que el plan, por fin, se haya aprobado este viernes ha sido la rebaja en la nota de la solvencia española por parte de la agencia Standard & Poor's. Desde el Ejecutivo lo ven como "uno de esos gestos de ejemplo que se necesitan", aunque entre ellos, por supuesto, no se piense incluir una remodelación más profunda del Ejecutivo, con la supresión de ministerios superfluos.
Entre los ministros, temen que se haga "un roto en la estructura orgánica" por la supresión de directores generales, subsecretarios o secretarios de Estado. La negociación y las reticencias han hecho que, en principio, los cambios sólo afectaran a un diez por ciento de los altos cargos, lo que supone 34 puestos de un total de 343. El ahorro será de 16 millones, insignificante respecto a los 50.000 millones que el Gobierno pretende ahorrar hasta 2012.