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Un estudio sitúa a Garoña entre las 50 centrales más eficientes de todo el planeta

Esta semana será clave para la central de Santa María de Garoña. El próximo viernes es el último día para que el CSN presente su informe sobre la conveniencia o no de prorrogar su actividad. La decisión pasará entonces a ser del Gobierno. ¿Hay realmente motivos para su cierre?

L D (Mercedes R. Martín) Para los expertos, la respuesta es no. Sin embargo, en el Gobierno y en el PSOE no parece estar tan claro. Si el Consejo de Seguridad Nuclear decidiera en su informe técnico desaconsejar la prórroga de su actividad, el cierre de la central sería automático. Sin embargo, si apoyara la petición de los gestores de Nuclenor, un consorcio participado al 50 por ciento por Endesa e Iberdrola, para prorrogar el funcionamiento de Garoña por diez años, la decisión estaría en manos del Gobierno.

La posición del PSOE, según el programa con el que Zapatero llegó al poder, es de sustituir progresivamente la energía nuclear por energías renovables e ir cerrando las centrales a medida que vaya terminando su vida útil. Pero hasta este momento el Ejecutivo no ha tenido la ocasión de demostrar cuál es su política sobre las nucleares más allá de las palabras. La central de Zorita, que se clausuró en 2006, correspondió, en realidad, a una decisión del Gobierno de José María Aznar.

El concepto de vida útil de una central es, sin embargo, relativo. Exportado de Estados Unidos, se definió como un plazo de cuarenta años pero productores y autoridades reguladoras acordaron alargarlo en los casos en que las centrales siguieran siendo operativas. Según explicó el Ciemat a LD, más de la mitad de las centrales de Estados Unidos han conseguido una prórroga de la Nuclear Regulatory Comission para continuar en funcionamiento.

La central de Santa María de Garoña, inaugurada en 1971, pertenece a la misma generación que otras centrales estadounidenses que han obtenido permisos para continuar operando hasta los sesenta años. Pero, además, la normativa española en cuanto al plazo en que puede continuar operando una central es diferente a la de EEUU. En España no existe un plazo delimitado de vida útil, sino que sus autorizaciones de explotación se renuevan cada diez años, siempre que lo avalen los informes técnicos del Consejo de Seguridad Nuclear, basados en la evaluación del envejecimiento de estructuras, sistemas y componentes y la revisión de los estudios relativos a la seguridad basados en una vida útil de 40 años. En virtud de esta normativa, los responsables de la central han solicitado la prórroga al CSN.

Todas las fuentes coinciden en augurar un dictamen positivo sobre Garoña del máximo órgano de Seguridad Nuclear en España. Pero los postulados antinucleares del PSOE y la posición personal del presidente del Gobierno –que en los últimos mitines ha introducido de manera sistemática su defensa de la "economía verde" y las energías renovables frente a otras opciones– hacen dudar de cuál puede ser su decisión final, independientemente de criterios científicos. Tampoco puede obviarse que el informe del CSN llegará en la última semana de campaña a las europeas, y que la importancia de la cita electoral podría influir en una decisión que puede ser trascendental para la economía española, por la importancia actual de Garoña en el panorama energético español, el probable coste que tendría su cierre y el precedente que podría sentar para el futuro. Casi todas las centrales necesitarán de una renovación de sus permisos en esta legislatura.

Fuente: Foro Nuclear


Al margen de que todos los pronósticos presagien a un informe favorable del CSN, los datos hablan de una central plenamente operativa y segura cuando se cumplen 38 años de su puesta en funcionamiento. Un estudio de la Nucleonics Week la sitúa en el puesto 31 de las centrales mejor operadas del mundo en 2008, es decir, formaría parte del diez por ciento de las centrales más operativas. En total, hay 438 centrales nucleares en todo el planeta. Según datos de Nuclenor, el factor de carga de la central, que mide la relación entre la energía producida y la máxima que podía haber generado, se sitúa por encima de la media mundial.

Fuente: Nuclenor


Además, según el informe de la Nucleonics Week, que compara el factor de carga de las plantas de todo el mundo, la central de Santa María de Garoña sería la cuarta planta europea más operativa. Por delante de ella se situaría otra española, la de Almaraz, en el puesto 13, la central rusa de Balakovo-4 y la alemana Isar-1. Si se comparan las centrales en función de la generación a la que pertenecen, la de Garoña se situaría en el puesto noveno.

Frente a datos como estos, semanas antes de que llegara esta fecha clave para el futuro de la central se dio especial relevancia en ciertos medios a paradas e incidentes en Garoña para apuntar a una cierta inseguridad en la planta nuclear. En concreto, el pasado mes de abril se registró una parada no programada, que sirvió a distintos colectivos ecologistas para reclamar, de nuevo, su cierre. Según informó el CSN, la parada se realizó en el transcurso de unas pruebas durante las cuales no se había abierto correctamente "una de las tres válvulas de alivio y seguridad" del reacción. La parada, subraya el Centro, no era obligatoria pero se adoptó por decisión del titular de la planta . El suceso fue calificado con un nivel 0 en la escala establecida internacionalmente sobre sucesos nucleares y no supuso "riesgo alguno para personas ni el medioambiente".

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