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Volcker, un ex banquero central que carga contra la banca central

Paul Volcker, principal asesor económico de Obama, critica las bases del sistema financiero de EEUU y aboga por cambios de calado. Escéptico sobre la regulación, se sorprende de que la FED haya salido beneficiada de la crisis.

Parece que Paul Volcker no tiene nada que perder. Su reputación está consolidada, y no necesita cortarse la lengua. Puede presentarse a dar una conferencia en el banco de la Reserva Federal de Chicago con una ponencia preparada, y cambiar de guión según las circunstancias para someter a crítica a casi todas las piezas que conforman el sistema financiero norteamericano. No dejó títere con cabeza, algo poco habitual entre el establishment económico-político.

Paul Volcker es el principal asesor en materia económica del presidente Barack Obama, pero a pesar de ello mantiene una apreciable sensatez y lucidez. Fue nada menos que presidente de la Reserva Federal desde 1979 a 1987, una época convulsa por la estanflación (combinación de recesión económica con inflación elevada).

Se le recuerda por haber solucionado el problema de la inflación en Estados Unidos cogiendo el toro por los cuernos, permitiendo que los tipos de interés se dispararan a niveles que ahora parecen estratosféricos. Por su lucha contra la inflación, algunos como el inversor Jim Rogers le consideran "el último banquero central americano decente".

En su conferencia, resumida por el Wall Street Journal, Volcker se descargó contra los bancos y sus ejecutivos, contra los reguladores y las escuelas de negocios (por enseñar doctrinas erróneas), y contra la FED. Advirtió además de que el sistema financiero todavía está en peligro. Más que defender una mayor regulación en los mercados financieros, pidió "cambios estructurales en los mercados y en la regulación del mercado".

La regulación para él, aunque es una herramienta necesaria, no es ninguna panacea, puesto que los reguladores pueden actuar en beneficio de políticos y grupos de interés particulares -como el lobby financiero de Wall Street, la gran banca, etc.- en lugar de servir para asegurar la estabilidad y eficiencia del sistema. Tal y como nos decía el experto en banca Gerald O’Driscoll, "los reguladores responden a los deseos de la industria sujeto de la regulación, en lugar de proteger el interés público".

Sostuvo que regular de forma acertada es una tarea extremadamente difícil, por diversas razones. "Cuando las cosas van bien, la economía va bien, el mercado no sufre perturbaciones, pero ves desarrollos en una institución o en los mercados que son potencialmente desestabilizadores, y hacer algo sobre eso es extremadamente difícil. Porque la respuesta de la gente en el mercado es: ¿de qué estás hablando? Las cosas van muy bien. Nosotros sabemos más de banca y finanzas que tú, apártate de mi camino, si no lo haces escribiré a mi congresista’".

En relación al debate acerca del nuevo marco regulatorio para el sistema financiero, se utilizan en la actualidad expresiones como "regulación macroprudencial", que suenan de maravilla pero que puede que su contenido sea bastante ambiguo. Sobre ésta, Volcker afirmó: "De alguna manera esas palabras chirrían en mis oídos".

Sobre la banca, señaló que los bancos de inversión en los últimos tiempos se convirtieron en máquinas de hacer operaciones (trading) en lugar de bancos de inversión, invadiendo así el territorio de los bancos comerciales, que a su vez se solapaban en el territorio de otros bancos. Esto, unido al crecimiento desproporcionado de los instrumentos derivados, tuvo la consecuencia de dificultar en gran manera la supervisión del sistema por parte de las autoridades regulatorias, según Volcker.

No se cortó un pelo para describir la situación del sistema financiero: "está quebrado", afirmó. "Podemos usar ese término a finales de 2008 [después de la quiebra de Lehman Brothers], y pienso que es adecuado usar todavía ese término. Sabemos que partes de él están completamente quebradas, como el mercado hipotecario, que es uno de los más importantes de nuestros mercados de capitales y se ha convertido en una sucursal del Gobierno estadounidense".

Y en relación a la persistencia de la recesión, afirmó que es muy difícil salir de ella debido a los desequilibrios fundamentales que todavía persisten en la economía real.

Tampoco se ahorró críticas a los bancos centrales, quienes a su juicio llegaron a estar demasiado "encaprichados con sus propias habilidades y autoridad" al controlar a la perfección la "estabilidad de precios" -definida según el indicador de los precios al consumo, IPC-, objetivo número uno de las autoridades monetarias en materia de inflación. Sin embargo, olvidaron completamente la bomba de relojería que los mismos bancos centrales estaban creando, tanto en el precio de los activos como en la distorsión de la economía real.

Volcker afirmó que hubo cierta negligencia respecto a las responsabilidades de supervisión del banco central americano. Calificó de "milagro" el hecho de que tras las numerosas críticas que ha recibido la FED por la crisis, ésta haya salido con mayores competencias regulatorias.

La visión de Taleb

Otro que tampoco se muerde la lengua es Nassim Taleb, autor del best-seller "El cisne negro: el impacto de lo altamente improbable" (2007). Con la llegada de la crisis ha ganado notable popularidad, tras años alertando de la fragilidad del sistema financiero y advirtiendo contra el excesivo apalancamiento.

Recientemente, en una conferencia en Montreal (Canadá) hizo gala de su sinceridad y carácter crítico, tal y como recogía Bloomberg.

Cargó duramente contra la política de expansión de la deuda pública de Obama, quien hizo exactamente lo contrario de lo que se debería haber hecho -favorecer la reducción de la deuda privada y recortar la deuda del gobierno federal-. Es como si "tienes una persona que sufre cáncer y en vez de eliminar el cáncer, le das tranquilizantes. Cuando le das tranquilizantes a un paciente que sufre cáncer, se sienten mejor pero el cáncer empeora", ejemplificaba.

Asimismo, criticó la creciente dependencia de los agentes económicos en organismos que, como el Fondo Monetario Internacional o la Reserva Federal, "nunca han sido capaces de predecir nada". Para que los errores de previsión no tengan efectos nefastos, recomienda un sistema donde las deudas sean muy bajas y las empresas se sometan a la disciplina del mercado libre, sin que los gobiernos se entrometan para rescatar a las que están en problemas. Es la manera de que el sistema empresarial se fortalezca.

"Prefiero Canadá a los Estados Unidos". A diferencia de los EEUU, su vecino del norte no incentiva a incurrir en demasiada deuda al comprarse una vivienda, puesto que carecen de desgravaciones fiscales al pago de una hipoteca. "Lo primero que hay que hacer si quieres solucionar el problema hipotecario en EEUU es hacer que los pagos de intereses dejen de ser deducibles fiscalmente", defendió Taleb. Pero añadió que es poco probable que una cosa así se aplique políticamente, dado que el lobby de los constructores americanos está "hiperactivo".

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