Cuando ya casi nadie se acuerda de cuando efectuaba sus transacciones en pesetas Mugardos, un pueblo de la provincia de La Coruña, ha decidido reintroducirlas para animar el alicaído comercio local. La idea ha venido de los propios comerciantes, 61 en total, agrupados en la Asociación de Empresarios de Comercio y Hostelería Portomagmo. Lo que pretenden es, en palabras de su presidenta, Lupe Pazos, "tratar de mejorar las ventas" ya que los clientes han dejado de aparecer por las tiendas a causa de la crisis económica.
La gente no quiere gastar sus euros, pero tal vez sí las pesetas que se dejaron olvidadas en algún cajón cuando hace nueve años se pasó de la peseta al euro. En aquel entonces, marzo de 2002, la peseta dejaba oficialmente de circular en todo el país. Quien aún mantuviese pesetas en su poder podría cambiarlas durante tres meses en cualquier sucursal bancaria. Después ya sólo sería posible en las oficinas que el Banco de España tiene repartidas por todo el país al cambio fijo de 1 euro por 166,386 pesetas.
Desde entonces el flujo de pesetas hacia los mostradores del Banco de España no ha cesado. Aún así se estima que los españoles conservan en sus hogares unos 1.700 millones de euros en pesetas. Muchos guardaron monedas y billetes como recuerdo, otros simplemente olvidaron gastarlos en su momento y cambiarlos después, y ahí siguen. En Mugardos, aprovechando la flexibilidad de divisa, la semana pasada apareció un lugareño con un billete de 10.000 pesetas (60 euros) en una tienda de electrodomésticos y se llevó a cambio una sandwichera.
Ahora el dueño de la tienda no tiene más que acercarse hasta la sucursal del Banco de España en La Coruña y cambiar ese billete de 10.000 pesetas por tres de 20 euros. Si a los vecinos les da por buscar en sus casas pesetas perdidas detrás de los sofás o debajo de los armarios, podría salir a flote una cantidad importante de dinero con el que los comerciantes de Mugardos aspiran a capear la crisis. Quien todavía tenga pesetas ya sabe donde gastarlas.