Y encima el “Tocho” (ladrillo de seis agujeros, en catalán coloquial, también conocido por “tochana”) va y dice algo así como: … y si el gobierno no rectifica, esto es solo el preludio de la huelga general que se va a convocar a final de mes. ¡Pero “Tocho”, “Tochete”, desde la cabeza de la “manifestación” donde estabas tú –y sólo tú-: ¿miraste hacia atrás?. Me parece que no. Si llegas a mirar te hubieras dado cuenta de que tú eras el único que aguantabas los dos palos de la pancarta.
Mira, lo mejor que harías es irte a tus dos áticos que te has agenciado (y unido) en Madrid –creo- y arrebujarte en tu espléndido sillón, costeado, junto con los áticos, a la salud de todos los trabajadores que os siguen y de los que no (sobre todo) a través de todas las subvenciones que recibís y del patrimonio que os han entregado y que, ¡por aquí (léase: un corte de mangas)! teníais en la República.
¡Id a robar a vuestra madre, inútiles!
A pesar de la gravedad de la situación, para los que hemos estudiado algunos rudimentos de Física, el asunto tiene sin embargo su parte buena y es comprobar que la aceleración de la gravedad sigue siendo 9.81 m/s2. Sobre todo, porque hasta hace pocos meses, infinidad de ciudadanos afirmaban que si soltabas un montón de ladrillos sobre un solar, estos se elevarían indefinidamente en el aire levitando cada vez más y más alto. Así que ustedes pensarán lo que quieran, pero a un servidor le tranquiliza muchísimo confirmar que como decía mi abuelo, las piedras siguen cayendo hacia abajo.