(Libertad Digital) Durante un mitin con el candidato del PSdeG a la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño, celebrado en el Pabellón Municipal de Deportes de Lugo ante unas 4.000 personas, Zapatero se ha referido brevemente a la reunión que mantendrá este lunes en el Palacio de la Moncloa con los presidentes de las principales entidades financieras españolas para hablar sobre la evolución del crédito.
Ha dicho que su Ejecutivo ha respaldado a los bancos para darles estabilidad. En su opinión eso le da autoridad para exigirles a cambio su apoyo con "fuerza y convicción". "Éste no es momento de grandes beneficios, sino de apoyar el crédito y la financiación de las empresas y las familias", ha subrayado Zapatero, convencido de que todos tienen que colaborar.
Como si se tratara de Obama, ha exclamado: "Pero todos podemos hacer algo. Y todos daremos una lección como país si tomamos las riendas" para apoyar a quienes tienen más dificultades y para fomentar una economía activa, fuerte e innovadora.
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, anunció el pasado viernes este encuentro y dijo que su objetivo era restaurar la actividad crediticia, algo muy necesario para impulsar la economía. Será la tercera que mantiene Zapatero con los representantes de la banca y tendrá lugar a las 17:00 horas en el Palacio de la Moncloa.
Las entidades financieras, por su parte, recuerdan al presidente que se sigue concediendo el crédito a aquellos clientes que demuestran su solvencia. Por otro lado, no ocultan que, en las actuales situaciones, las condiciones para la concesión de crédito se han endurecido así como los intereses que aplican a los mismos. También señalan que la escasa concesión de crédito se debe, en parte a una fuerte disminución de la demanda del mismo.
La incoherencia del Ejecutivo
El llamamiento que se ve obligado a hacer ahora el ejecutivo a las entidades de crédito recuerda a las palabras del Gobierno durante la aprobación del plan de rescate. En aquellos días de octubre, el PP solicitaba la garantía de que aquellos 30.000 millones ampliables a 50.000 que el Gobierno inyectaría en la banca, garantizasen la derivación del crédito a pymes y familias. El Ejecutivo lo colocó como el objetivo primordial del plan, pero no modificó sus condiciones.
Las ayudas se realizan mediante la compra, por parte del Estado, de activos calificados de "alta calidad" que las propias entidades de crédito no pueden colocar en el mercado. Esto permitiría a los bancos estabilizar sus cuentas y volver a conceder créditos a familias y empresas. Este era el planteamiento original del Ejecutivo. Pero la realidad es bien distinta.
Como reconoce el propio sector financiero, las entidades conceden créditos, pero las condiciones para los mismos se han endurecido fuertemente, debido a la crisis económica que repercute en el poder adquisitivo de los hogares y deja sin empleo a miles de personas cada día. Esto se traduce en una gran dificultad de acceso al crédito pese a la inyección de capital del Ejecutivo.
Cuando el Gobierno aprobó el rescate, aún señalaba que el sistema financiero español era "el más sólido del mundo". Una afirmación que se caía por su propio peses en palabras del propio presidente el pasado lunes en el programa de TVE, Tengo una pregunta para usted. Allí le interrogaron por el plan de rescate a los bancos. Las respuestas de Zapatero fueron esclarecedoras. Por un lado negó haber "regalado ni un solo euro a los bancos" y que simplemente se hizo una inversión para rescatar el sistema bancario que estaba "en colapso" en riesgo de "bancarrota".