En dos días, Kate Middleton y Guillermo de Inglaterra serán marido y mujer, esposa y esposo, cuqui y gordi, futuros reyes de Inglaterra y todo lo demás. Y por mucha pompa y mucho tocado rococó que tenga este evento, hay pequeñas miserillas que esta joven y ligeramente avinagrada pareja también tendrá que superar... ¿Cómo se traduce ‘en todas partes cuecen habas’?
Por mucho pedigrí que gaste la familia de la novia, en todas las familias hay una oveja negra, e incluso varias. Pero en Buckingham Palace parecen haber olvidado aquellas tórridas épocas en las que el pequeño de la casa metía la pata eligiendo disfraz, y han puesto el grito en el cielo porque la futura tenga algún que otro familiar incómodo.
El que se lleva la palma es el tío de Kate. El millonario y fiestero Gary Goldsmith no es precisamente el perfecto seguidor del protocolo que esperaban, y a la Reina de Inglaterra no le ha hecho nada de gracia que ahora la prensa saque a relucir sus fiestas con polvillos blancos y demás excesos. Es una pena que al príncipe Harry traten de domarle durante la ceremonia, porque seguro que encontraba en el tío de Kate el compañero de juergas perfecto.
El divertidísimo Daily Mail hila más fino con el asunto del tío desfasado de la novia: se pregunta, abiertamente, porqué semejante pimpollo puede ir a la boda, y sin embargo ni Tony Blair ni Gordon Brown, exministros laboristas, podrán comerse la tarta nupcial y fumarse un puro a su salud. Por su parte, The Sun pone el foco donde nadie más lo hace, fijándose en unas fotografías recientes de Gary Goldsmith. En ellas, se levanta la camiseta sin rastro de pudor, acariciando su poco hercúleo abdomen, y abrazando a un perro rata de esos que te regalan cuando te haces muy famoso. Pues al rotativo no le ha llamado la atención nada de esto, sino su camiseta. O más exactamente, lo que pone en ella: la marca de ‘Aubin and Wills’. The Sun eleva a categoría de escándalo que lleve el nombre del que será el marido de su sobrina (Wills) y que no ponga el de la susodicha. Así que, ni cortos ni perezosos, han tachado el ‘Aubin’ y han escrito Kate con el Paint - y juro que esto no es broma-. En The Sun no se andan con tonterías.
Otro de los familiares que le está quitando el sueño a la respetabilísima y pétrea monarca inglesa es la hermana de Kate Middleton, Pippa. Y no es que la feliz jefa de Damas de Honor se pegue unas fiestas de escándalo –que sepamos- sino por su intensa –y alocada- labor organizativa del enlace. Debe ser que a Pippa le ha entrado la psicosis nupcial –si tiene novio, yo estaría asustado- y ha provocado un auténtico terremoto en Palacio, autonombrándose asesora de organización de la fiesta post banquete y banquete. Dicen en The Mirror que se ha tomado dos semanas libres para no perder un minuto con colocando serpentinas y ultimando los gorritos de fiesta.
Pero parece que la pobre Pippa no se percata de con qué familia está a punto de emparentarse, donde no parece que la innovación o lo revolucionario triunfen, al menos en cuanto a estilo se refiere. Y es que la vivaracha jovenzuela quiere poner bolas de discoteca en la sala del Trono, según Daily Mail, lo que ha dejado petrificadas a las autoridades de Buckingham Palace. Aún están buscando la manera de explicarle que no pega con el color de los candelabros ni los remaches reales.
Y por último, les dejo una canallada de The Sun. Según las fuentes –juro que es lo que pone- del diario, Kate Middleton tiene una pesadilla recurrente. Y no, no es imaginarse cómo avanzará la alopecia de Guillermo en los próximos años. La futura heredera del trono británico no duerme con tranquilidad, porque sueña que aparecerá delante de los que serán sus subdítos, en una audiencia, completamente desnuda. El clásico sueño que provoca sudores fríos entre la realeza, y otros sentimientos más cálidos entre sectores del pueblo llano. Para ilustrar el bombazo informativo, publican la fotaza que acompaña el texto. Imperdible
Seguiremos informando.
Quedan dos días.