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LA PASARELA NEPTUNO

La 'fiebre del leopardo' une a famosas pijas, chonis y punkis

   

Aún arriesgándonos a que nos tachen de misoginia, esta semana las mujeres vuelven a ostentar el protagonismo de esta Pasarela de los horrores estéticos. Si la semana pasada cada fémina escogía un motivo por el que figurar en este ránking, en esta ocasión nos dejan las retinas en shock por idéntico tejido: el leopardo.

 

Ya hace tiempo que venimos detectando una particular enfermedad con los ropajes de inspiración guepardiana, que lejos de preocuparnos, nos resulta más un fenómeno sociológico. Hasta hace dos días ¿no era el estampado de leopardo que llevaban las punkies y las nostálgicas de los 80? ¡Error! Ahora resulta que en un plis plas, vestirse como Aramis Fuster es lo más chulo del momento, una tendencia que seguir, y la pera limonera de las pasarelas más glamourosas.  Como ya se dijo en ese patio de vecinos que es Facebook “el estampado de leopardo ha conseguido unir a pijas, chonis y punkis”. Amén.

 

Si no está usted en la onda, cójase usted una prenda atigrada y salga a la calle a ser como una de las cientos de famosas que esta semana se pasean por nuestra pasarela. Tamara Falcó, Paz Vega... nadie se salva. 

 

Pero no sólo de leopárdicas prendas vive esta pasarela. Otros que nos han dejado intrigados con su estilismo esta semana son Charlene y Alberto de Mónaco. La disimuladamente feliz pareja acudió a la ópera en Mónaco, donde distrajeron la atención de todos los asistentes gracias a sus estrafalarias pintas. Ella, de marrón riguroso, fue confundida varias veces con la tapicería del lugar, gracias a su vestido de inspiración claramente sueca…concretamente de la cadena de tiendas que vende sofás. Y a él, flaco favor le hizo el traje oficial que le requirió la ocasión: más que un Príncipe parecía un Cantinflas europeo con pantalones de chándal desfasados. Un cuadro. 

 

Tampoco la bellísima Miranda Kerr ha estado muy acertada escogiendo modelito. A la mujer le ha entrado una psicodelia incomprensible y se presentado con un vestido que quizás en la movida madrileña habría estado bien. O no. El caso es que entre cremalleras y telas entrecruzadas sin ningún tipo de gusto, el aspecto de la esposa de Bloom no es el de una superestrella de la pasarela en una gala de superlujo.

 

Puede que tanto fasto y tanta expectación en las galas ponga al firmamento de Hollywood nervioso, porque Kerr no es la única estrella que patina a la hora de abrir el armario o dejarse aconsejar por un estilista. Kristen Stewart (la muchacha sosa de los vampiros) mitigó el dolor que le producían los tacones en una super gala de lujo….plantándose unas zapatillas. Sobran comentarios del resultado.  Kristen, cariño: Estas cosas están bien con 17 años y en un cotillón de Nochevieja. Incluso en una boda. Pero si hay cámaras y focos: NO. Mejor un zapato plano que el cutrerío. 

 

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