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ESTRENO: 11 DE DICIEMBRE

Blindado: Asalto al furgón del dinero

Nada menos que Matt Dillon, Jean Reno o Lawrence Fishburne ponen cara de duros en Blindado, una distraída, menor y olvidable película de robos en la que el protagonismo, no obstante, recae en el desconocido Columbus Short.

Nada menos que Matt Dillon, Jean Reno o Lawrence Fishburne ponen cara de duros en Blindado, una distraída, menor y olvidable película de robos en la que el protagonismo, no obstante, recae en el desconocido Columbus Short.

Short se pasea por la película, por cierto, con la seguridad de quien va a ser coronado el nuevo heredero de Denzel Washington, que este mismo verano fue el protagonista de Asalto al tren Pelham 123. ¿Porqué esta comparación inesperada?.

Como en aquella, Blindado se presenta como una propuesta con cierto atractivo pese a sus numerosísimas limitaciones y nulas novedades. En primer lugar, se trata de uno de esos films tan genéricos y convencionales como entretenidos, un vulgar y corriente film de robos con buenas intenciones y un excelente reparto de secundarios de carácter. Y en segundo, y al igual que en la (superior) película del tren secuestrado protagonizada por Washington y Travolta, se prefiere basar la acción en el dinamismo y fuerza de su reparto que en la parafernalia digital y la explosión de tres al cuarto.

Esas buenas intenciones vienen, en definitiva y como en la citada más arriba, por  su voluntad de inscribirse en el cine de acción de décadas pasadas, huyendo de excesos para concentrarse sin más en el desarrollo, lineal y sin sorpresas, de una historia de género, que se inicia en unas coordenadas de cierto dramatismo noir para más tarde apuntarse a los códigos de la película de robos frustrados a lo Reservoir Dogs y Jungla de Cristal. Todo muy similar en fondo y forma al remake de Asalto al distrito 13 presentado hace unos años, y protagonizado también por Lawrence Fishburne.

El problema viene esta vez de la planicie de los personajes y sus diálogos, esbozados en dos o tres trazos básicos y convencionales que el excelente reparto masculino se ve obligado a defender cayendo, inevitablemente, en la caricatura. En esta tesitura, el devenir de sus alianzas, traiciones y el fracaso anunciado de su plan perfecto no reserva sorpresa alguna al espectador, que desea que los responsables hubieran puesto algo más de carne en el asador en este sentido.

Con este obstáculo insalvable, todo esto es trasladado a imágenes sin demasiada dificultad y mucho oficio por Nimrod Àntal, que se limita a seguir el patrón establecido y graduar los dos o tres ases en la manga del guión para facturar un apañado actioner bastante banal, bien interpretado, razonablemente interesante y siempre entretenido. A ello ayuda su ajustadísima duración, que se agradece una barbaridad: 90 minutos de reloj, ni uno menos ni uno más.

En Chic

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